Marcos Aguilar, ¿Desesperado por que lo acepten en otro partido?

Pocas figuras políticas generan tanta polémica en Querétaro como el diputado federal Marcos Aguilar Vega. Durante su gestión como alcalde de la capital, se caracterizó por una ambición política que, aún llena de buenas intenciones, siempre se vio truncada tanto por su escasa disposición al diálogo como por su nulo interés en respetar ciertos códigos y formas que, en política, son inviolables.

El primer ejemplo de esto está en las polémicas que en más de una ocasión sostuvo con el gobernador Francisco Domínguez Servién, quien no vaciló, en reiteradas ocasiones, en enmendarle la plana al entonces alcalde o simplemente contradecir sus declaraciones. Que este tipo de tensiones se produzcan entre políticos de distintas afiliaciones, es algo comprensible. El problema, en este caso, es que tanto Aguilar como Domínguez Servién militan en la misma organización política y, no solo eso, sino que además llegaron al poder de manera simultánea y arrebataron, en ambos casos, sus puestos al Partido Revolucionario Institucional.

Estos choques se volvieron tan frecuentes que eventualmente el propio Marcos Aguilar terminó convirtiéndose en un integrante incómodo para su partido. Aunque no le faltó intención de postularse a un cargo mayor durante el proceso electoral de 2018, al final sus aspiraciones quedaron truncas y como “premio de consolación” se le entregó una diputación plurinominal. Esto quiere decir que llegó al cargo que hoy detenta sin un solo voto y no es para menos, pues si lo hubieran lanzado a un puesto de elección popular, muy probablemente habría perdido, considerando el encono que aún le guarda un sector de la población queretana.

Quien en 2015 parecía ascender sin quien lo frenara y arrastraba multitudes en las colonias a las que acudía en la capital, está hoy muy relegado aunque no ha renunciado del todo a la idea de seguir figurando en la política nacional. Lamentablemente para él, la incomodidad que despierta dentro de su partido es tan obvia, que incluso los otros diputados federales de su formación “le hacen el feo” y lo marginan de sus actuaciones públicas.

Ante este panorama tan desolador, se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que contienda en 2021 con algún otro partido. En un inicio, se consideró que esta nueva oportunidad podría llegarle desde Morena, un partido con el que no ha mostrado un desacuerdo tan profundo como otros panistas y que, además, en la embriaguez que le dio la victoria de Andrés Manuel López Obrador, ha venido aceptando dentro de sus filas a cuando desertor y “amotinado” ha abandonado a los otros grandes partidos.

A pesar de estas especulaciones, dirigentes de Morena expresaron en su momento que la figura de Aguilar no era “para nada compatible” con lo ideales del partido y que, por lo tanto, no habíá lugar para él en este momento. Si bien esto apaciguió en su momento las conciencias de los marcosaguilaristas más rejegos a que los vinculen con el actual gobierno federal, no zanjó del todo las especulaciones sobre un eventual abandono de Marcos Aguilar al partido en el que aún milita.

Algo que ha fortalecido estas especulaciones es el hecho de que en las últimas semanas, el diputado federal ha frecuentado ruedas de prensa y eventos convocados por el PRI en el estado de Querétaro, lo cual, sumado a sus declaraciones en el sentido de que supuestamente ha recibido hasta tres invitaciones para contender por otros partidos, deja bastante en qué pensar.

¿Buscará congraciarse con el tricolor en aras de aspirar a un nuevo puesto político? y lo que es más importante aún ¿Bastará eso para salvar su carrera o estará ya condenado al olvido como aquel otro político queretano, priista, por cierto, que hace propuestas polémicas para seguir figurando?

A estas alturas, no sería raro ni siquiera que el exalcalde fuera como independiente.