Espejito, espejito…

Tras el proceso electoral del 2012, la opinión pública, analistas políticos y medios de comunicación se cuestionaron el uso desmedido de encuestas de los diversos candidatos que se manejaron en medios de comunicación: que si formaban tendencias, que si eran el retrato de cómo iba la contienda, que estaban cuchareadas, en fin, diversas aristas.

La lección fue que las encuestas ni son la opinión de toda una población, ni marcan las tendencias de votación.

En cambio, sí son susceptibles de errores. Son un pequeño retrato que no debe verse como una voz unánime de forma permanente; y en el que se debe analizar, además de los resultados, los procesos y métodos en que fue practicado.

Los especialistas en estos temas de la creación y producción de encuestas saben perfectamente que estos ejercicios, de entrada, son mandados a hacer por un partido o un candidato, excepto aquellos que realiza por cuenta propia la prensa.

Más que buscar una tendencia electoral, son los instrumentos que usan los candidatos y partidos para recaudar fondos; y que de resultar favorables, les permitirá recibir más apoyos en la charola.

Todo esto viene a cuento porque hace unos días aparecieron en redes sociales y posteriormente en medios de comunicación los resultados de una encuesta de Covarrubias y Asociados, en torno al ranking de los gobernadores mejor evaluados del país.

La gran noticia para Querétaro fue que según este estudio de opinión, el mandatario estatal José Calzada era el mejor calificado por el público encuestado, con 8.00. En segundo lugar se encontraba el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, con 7.91 puntos y en tercero Rolando Zapata, de Yucatán con 7.81 puntos

Como era de esperarse, en Querétaro diversos diarios y espacios de noticias llevaron estos resultados como noticia de primera plana.

Y sin poner en tela de juicio la gestión de los mandatarios ahí señalados, sí vale la pena revisar las letras chiquitas de este documento, porque de ahí nos surgen varias preguntas y aspectos para el análisis:

Esta encuesta se realizó entre los días 18 de febrero y 20 de marzo del 2013. Los resultados estuvieron listos a mediados de abril y se publicaron en medios de comunicación a mediados de mayo, de acuerdo con información proporcionada por la misma empresa a Códice Informativo.

Y aquí surgen algunas coincidencias. La encuesta apareció días después del escándalo generado por los costos de la fotografía oficial del mandatario, que llegó incluso a publicarse hasta en revistas de chismes de la farándula; y por las críticas en redes sociales por el tema de la inseguridad en Juriquilla, una de las zonas habitacionales de mayor nivel económico en la capital queretana.

En la presentación de la encuesta no se menciona, pero el estudio fue contratado por ocho gobiernos estatales, entre ellos el de Querétaro.

Como lo dijimos en un inicio, las casas encuestadoras son empresas que dependen de sus ingresos. Venden estudios de opinión. Será entonces que, como dice el dicho: ¿el que paga manda?

En la presentación de la encuesta no se menciona cuántas personas fueron entrevistadas por cada entidad. Sólo se dice que el total de la muestra es de N= 6,238 casos exitosos.

Sin embargo, personal de Covarrubias consultado por Códice Informativo reportó que la encuesta se aplicó a 600 personas.

La encuesta fue vía telefónica

Este punto, dicen los especialistas, es un aspecto muy relevante en torno a la efectividad de una encuesta, ya que de entrada segrega a un grupo poblacional que no tiene línea telefónica fija.

De acuerdo con el censo de población y vivienda, en el estado había 185 mil 897 viviendas con telefonía fija al cierre de 2010. Seguramente, tres años después, habrá muchas más. Cierto, pero siguen existiendo hogares que no tienen teléfono fijo.

Lo mismo sucedería con una encuesta que se llevara a cabo en redes sociales. Dejaría sin posibilidad de opinar a millones de personas que no tienen internet.

Y si ya por ser telefónica segrega, todavía queda la duda si ese resultado es representativo de lo que opine la población queretana.

Vaya, 600 personas no hacen siquiera el 1 por ciento de la cantidad de habitantes que tienen teléfono en su casa en el estado, en caso de que contáramos un habitante por casa.

Y, finalmente, en la presentación de la encuesta, no se explica el margen de error que puede tener.

Los que saben de estadísticas y metodología afirman que entre menor es el número de encuestados, mayor es el margen de error del estudio de opinión.

Así pues, quedan estas dudas en torno al ranking de los mejores gobernadores.

El trabajo de los mandatarios será calificado, finalmente, en las urnas, a su debido tiempo; con un voto a favor o de castigo.