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El gran albergue

Por Staff Códice Informativo - 27/09/2013

En el PRI no se le cierran las puertas a nadie por más sucios que lleve los zapatos

 El gran albergue

Toda emergencia, necesita un plan de contingencia. Ahora que las lluvias han llegado con fuerza a la capital, parece que nadie se salva de una buena mojada y son días en que la ventana debe permanecer cerrada. Sin embargo, en la casa del Partido Revolucionario Institucional (PRI) no se le cierran las puertas a nadie por más sucios que lleve los zapatos, -eso sí- deben tener el visto bueno del “patrón”.

El gabinete estatal ha sido pasarela de varios actores políticos que cambiaron el anonimato por el reflector; otros sólo pasaron sin pena ni gloria y algunos más no pudieron con el “paquete”, pero para todos hubo espacio en las vitrinas del PRI, aunque bien podría ser llamado el albergue tricolor que, sin importar la tormenta, siempre tiene cobijo para los suyos.

Jorge García Quiroz ocupó el cargo de secretario de Gobierno durante 16 meses en la actual administración, sin embargo, tras varios “tropiezos” en enero de 2011 fue destituido para dejar el cargo a Roberto Loyola Vera (actual presidente municipal de Querétaro), y cuando parecía que el “Gansito” quedaba fuera del mapa, recibió el nombramiento de presidente interino estatal del partido tricolor.

Un caso similar fue el de Rigoberto Torres Saucedo, quien durante algunos meses se desempeñó como subsecretario de gobierno, aunque paso con más pena que gloria. Pero ni eso fue factor para evitar que fuera invitado a ocupar el cargo de Secretario de Organización en el PRI, aunque poco le duro el gusto, pues fue durante la gestión de Alonso Landeros Tejeida.

En la gestión de Landeros Tejeida al frente del PRI hubo otro gran rescate. Quien fuera director general del Aeropuerto Intercontinental de Querétaro (AIQ) hasta el 2011, Jorge Reynaldo Bayardo, fue nombrado Secretario Técnico en el mes de marzo de 2013, del equipo que hasta ese entonces parecía que sería el encomendado para dirigir las riendas de su partido de cara al 2015.

El “hijo pródigo” Juan José Ruiz Rodríguez, llevó el programa estatal Soluciones hasta lo más alto. A pesar de tener el apoyo del gobernador José Calzada, fracasó en las pasadas elecciones de 2012 al perder el cuarto distrito federal y el joven “calzadista” desapareció durante varias semanas del plano público, sin embargo, cuando apareció nuevamente lo hizo para convertirse en el líder de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), que es el sector popular del PRI.

Si creíamos haber visto todo en el partido tricolor, no es así. Tonatiuh Salinas Muñoz, el “comodín” o “ajonjolí de todos los moles” como le llaman sus adversarios, llegó a la dirigencia estatal tras recibir el apoyo del priismo queretano y el espaldarazo del mandatario estatal, sin importar que se trata de un joven empresario que nunca había tenido algún cargo producto de la elección popular y quien ha sido movido como pieza de ajedrez, pasando por la Secretaría de Desarrollo Sustentable, del Trabajo y en la coordinación de campaña en Querétaro de Enrique Peña Nieto donde, por cierto, no entregó buenos números.

Al Partido Revolucionario Institucional (PRI) parece que poco le importan los antecedentes de sus militantes cuando se trata de personajes “arropados”, y para muestra el caso más reciente en el que Stuardo Llamas Servín se vio envuelto en un accidente vial en la capital queretana y fue trasladado por la guardia municipal al Ministerio Público, debido a que conducía su vehículo supuestamente en estado de ebriedad, además que intentó amedrentar a los policías.

Ese día dejó de ser coordinador general del programa Soluciones y salió por la puerta trasera, pero contrario a lo pensado fue premiado y a la semana del “numerito” se unió al equipo de Salinas Muñoz, para que por enésima vez el Comité Estatal del PRI se convirtiera en el “salvavidas” de un integrante más que desfiló por el gabinete estatal de la administración de Calzada Rovirosa.

En el partido tricolor podría aplicar el refrán “Un hombre debe vivir cerca de sus superiores como cerca del fuego; ni tan cerca que se queme ni tan lejos que se hiere”, y es que estos hombres y nombres siguen figurando en las filas de su partido, sin importar los tropiezos, fracasos o errores, gracias al cobijo que les ha dado el “gran jefe príista” del estado.


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