Quito, destino idílico de América Latina

Cada año, la reputada editorial del guías de viaje Lonely Planet selecciona una lista de las 10 ciudades top para visitar que, a criterio de la publicación australiana, tienen una oferta turística integral para los viajeros empedernidos que buscan experiencias más allá de lo obvio y lo tradicional.

Kotor, pueblo costero de Montenegro cuya bahía está bañada por el Mar Adriático y sus construcciones medievales han atraído a numerosos visitantes en los últimos años, la mayoría de los cuales llegan en crucero; Fremantle, en Australia, otra ciudad portuaria que debe su nombre  al capitán de la marina inglesa que la fundó en el siglo XIX y cuyos primeros edificios se conservan aún en buen estado y George Town, una de las ciudades metropolitanas con mayor densidad de población de Malasia, que además cuenta con numerosos espacios dedicados al cine, la música, la danza y otras artes, son algunos de los destinos más exóticos del conteo de este año.

En 2016, solamente una ciudad de América Latina formó parte del top 10 de Lonely Planet: Quito, la capital de Ecuador. En la justificación de su inclusión, la publicación vaticina una reinvención para esta ciudad rodeada de volcanes derivada de las inversiones que las grandes petroleras están haciendo en el desarrollo de infraestructura moderna, con la próxima inauguración de un nuevo aeropuerto y la apertura del servicio de metro entre los proyectos más importantes. Destaca también la parte colonial de la ciudad, pues su centro histórico, añadido por la UNESCO al Patrimonio de la Humanidad en 1978, es uno de los más grandes y mejor conservados del mundo.

Pero las guías de viaje son solo eso, guías. Hay que estar en Quito para sentir las vibraciones de una urbe con sus más de 2 millones 600 mil habitantes bajo la constante amenaza del volcán Cotopaxi, que ostenta ser uno de los más activos del planeta; para recorrer sus calles plagadas de street art, el cual ha dado lugar a una forma de manifestación gráfica hasta ahora poco experimentada en el país; para apreciar el gran árbol que crece en la denominada ‘Capilla del Hombre’, lugar donde fueron depositadas las cenizas del pintor Oswaldo Guayasamín, emblema del arte ecuatoriano y latinoamericano, quien en innumerables veces pintó la accidentada orografía de Quito en diferentes tonalidades; para poner, al mismo tiempo, un pie en el hemisferio norte del planeta y otro en el hemisferio sur en la célebre Mitad del Mundo; para probar su gastronomía típica, la cual entre sus platillos más tradicionales tiene el cuyo al horno, o comprar una barra de chocolate extrafino proveniente de alguna de las regiones ecuatorianas con denominación de origen, pues el país es uno de los principales productores de cacao en el mundo.

La grandeza turística, natural y cultural de Ecuador no está confinada a los límites de la capital. A tan solo 4 horas de trayecto en coche desde Quito, se pueden visitar sitios con ecosistemas totalmente distintos según la dirección que se elija, que en la zona serrana van desde las cumbres nevadas de un volcán activo a las lagunas de agua azul profundo que descansan en el cráter de otro volcán que hace mucho dejó de emitir cualquier tipo de exhalación, pasando por campos sembrados de quinoa y selvas tan frondosas como exóticas son su flora y fauna, en la zona de la Amazonía, hasta llegar a la zona de la Costa, donde se encuentra la tierra más fértil del país y se despliegan las playas, otro favorito del turismo nacional. Tampoco se puede dejar de lado la Región Insular, que contempla las famosísimas Islas Galápagos, ubicadas a unos mil kilómetros de la costa, en el Océano Pacífico.

Ecuador, con Quito como emblema, es un destino imperdible para los viajeros de actualidad.