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¿Por qué los créditos son tan caros?

Por Staff Códice Informativo - 14/06/2016

Uno de los principales problemas es la falta de inclusión financiera que existe. En México, menos del 40 por ciento de la población tiene una cuenta bancaria, y la mayoría de los que ahorran su dinero lo hacen guardándolo en casa o en tandas.

 ¿Por qué los créditos son tan caros?

Por: Mariana Algara

No es ningún secreto que los créditos en México son caros, muy caros. Tenemos una de las tasas más altas de América Latina, muy por encima del doble del promedio de la región. El secreto es entender qué factores contribuyen a esto y qué se puede hacer para cambiarlo. La inclusión financiera y el tener acceso a préstamos baratos brinda muchos beneficios sociales y económicos, propicia el crecimiento de la clase media, mejora la calidad de vida, e impulsa el desarrollo de un país. Debemos fomentar la educación financiera para mejorar las condiciones actuales del mercado crediticio en nuestro país. 

México es una de las economías emergentes más estables, y la cuarta economía más competitiva de Latinoamérica, de acuerdo al último Índice de Competitividad Global(1). ¿Por qué es entonces el más caro en cuanto a créditos? Existen varios factores en el comportamiento de los participantes del mercado y en el entorno macroeconómico que contribuyen a que las tasas sean tan altas.

Uno de los principales problemas es la falta de inclusión financiera que existe. En México, menos del 40 por ciento de la población tiene una cuenta bancaria(2), y la mayoría de los que ahorran su dinero lo hacen guardándolo en casa o en tandas. La población económicamente activa que se encuentra bancarizada, en su gran mayoría, desconoce o no hace uso de los productos disponibles para maximizar sus ganancias. La mayor parte de este sector no acostumbra ahorrar o invertir, pero sigue incrementando su gasto y nivel de deuda.

En Latinoamérica, la mayor parte de la fuerza laboral está conformada por la generación de jóvenes entre 18 o 35 años, también conocida como millenial o ‘Generación Y’. El 30 por ciento de la población pertenece a este grupo, y en 2025 se estima que representarán el 75 por ciento de la población económicamente activa(3). Casi todos los millennials están bancarizados, alrededor de la mitad tienen tarjetas de crédito, pero un muy bajo porcentaje invierte su dinero para lograr un rendimiento.

Aunada a esto está la falta de una cultura de ahorro, así como el alto índice de morosidad y cartera vencida en los créditos, el cual ha crecido conforme ha aumentado la deuda promedio por persona. Más de la mitad de las familias del país tiene un préstamo, y la falta de educación en el tema provoca un uso más irresponsable de los créditos y un exceso de endeudamiento que no es posible solventar. En el 2015, la deuda promedio en tarjetas de crédito en México superó los 100 mil pesos.

Quienes más se ven afectados por los costos de los créditos son los sectores más vulnerables de la población, que tienen pocas opciones de financiamiento y muy caras. Por eso la reciente reforma financiera busca fomentar que las instituciones financieras presten más y más barato, sin dejar de incluir a aquellos que forman parte de la economía informal del país.

Los mexicanos de ingresos informales; los dueños de los tianguis, las tienditas, las gorditas, los empleados informales; representan más de la mitad de nuestra población económicamente activa y más de una cuarta parte de nuestro Producto Interno Bruto. Por muchos años el sistema financiero formal no le prestó atención a este sector, a pesar de que genera billones de pesos cada año. Sin embargo, el potencial que existe en este sector es innegable y ha provocado un aumento en el número de prestamistas alternativos que buscan ofrecer créditos a este grupo de la población.

Hay un sinfín de empresas en México que ofrecen préstamos personales a este y otros sectores de la población, lo cual incrementa las alternativas a las que tienen acceso los usuarios. El problema es que muchas de estas financieras no buscar fomentar una mejor educación en los usuarios, sino ofrecer una alternativa fácil y rápida para personas con urgencias de dinero o una alternativa a aquellas que prefieran un proceso de aprobación más laxo. En México, puedes obtener un crédito en cuestión de minutos u horas de haberlo solicitado. Este tipo de préstamos manejan tasas Costo Anual Total de entre 1,000 por ciento y 6,000 por ciento anual, y son las más usadas por los participantes de la economía informal.

Debido a que sus investigaciones son más superficiales, tienen mayor índice de morosidad y son más vulnerables al fraude. Lo que acaba sucediendo en este tipo de carteras es que los buenos deudores pagan el precio de los malos. Y lo que es aún peor, muchas de estas instituciones no le dedican el tiempo o los recursos necesarios a la cobranza ni a informar al usuario sobre el riesgo y las consecuencias del mal manejo de un préstamo. Con esas tasas, una deuda de 3 mil pesos puede superar los 50 mil en meses.

Los instrumentos de ahorro, inversión y crédito deben ser herramientas para optimizar el uso de nuestros recursos. Como lo dijo Luis Videgaray Caso durante el Primer Foro Internacional de Inclusión Financiera: «El tema de la Inclusión Financiera en realidad no es un tema financiero, es un tema de equidad social, es un tema de justicia y es un tema de cómo incorporar a aquéllos que se han quedado atrás, a los menos favorecidos, a los beneficios de la economía de mercado, de la modernidad y del sector financiero…»(4).

Cuando la gente no tiene acceso a productos financieros con condiciones justas, se genera una desconfianza hacia el sistema financiero que solo restringe su potencial económico y personal, así como el desarrollo del país. Sobre todo si aquellos que llevan responsablemente sus créditos no perciben mejoras en las condiciones de los mismos.

Existen alternativas mejores en el mercado y es necesario que las personas las conozcan y tengan la información necesaria para tomar buenas decisiones financieras. Se trata de nuevo de planear a largo plazo, y ver los beneficios que no son inmediatos pero que causarán un mayor impacto. Existen financieras, como Kekipo (kekipo.com.mx), que tiene una de las tasas más bajas en los créditos al consumo, donde los beneficios de ser un buen cliente son instantáneos.

Este sector de prestamistas alternativos ofrece a sus usuarios mayores ventajas a corto y largo plazo. Las tasas de interés son más bajas pues se enfocan en el potencial de las relaciones a largo plazo con los clientes, en premiar con mayores montos y mejores tasas a quienes procuran llevar responsablemente su crédito. Así le permiten al usuario tener acceso a más opciones de financiamiento y con mejores condiciones.

 

Fuentes

http://imco.org.mx/competitividad/mexico-avanza-cuatro-lugares-en-competitividad-via-wef/

http://www.cnbv.gob.mx/Inclusi%C3%B3n/Documents/Reportes%20de%20IF/Reporte%20de%20Inclusion%20Financiera%207.pdf

http://www.forbes.com/sites/skollworldforum/2015/08/04/latin-america-low-income-millennials-present-big-market-opportunities/#531e48bd4576

http://www.cnbv.gob.mx/Inclusi%C3%B3n/Documents/Reportes%20de%20IF/Reporte%20de%20Inclusion%20Financiera%207.pdf


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