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El Gavilán Pollero

Por Staff Códice Informativo - 29/08/2012

Se llevó mi polla el gavilán pollero, 
la pollita que más quiero

 El Gavilán Pollero

Lo que a últimas fechas tiene inquieto a más de algún personaje político es el destino que ha corrido el perredista y regidor electo del municipio del Marqués, Gabriel Olvera.

Dicen los que saben que el asunto de su detención tiene “varias aristas”; hay quien habla de una revancha política, hay quien habla de un favor político e incluso hay quien dice que se trata de una consecuencia lógico-jurídica por las conductas de “El Gavilán”.

La tesis del favor político es endeble; quien la sostiene, afirma que la detención del regidor electo obedece a que Enrique Vega –alcalde electo de El Marques– “pidió apoyo” para que “El Gavilán” no le alborotara tanto el gallinero; es decir que Vega se cercioró de que Gabriel Olvera no llegara a tomar protesta como regidor para en lo futuro tener un cabildo “terso”.

Esta idea es un tanto descabellada, en principio de cuentas porque la administración municipal entrante no es afín al gobierno estatal,  toda vez que se trata de un alcalde electo panista en un Estado administrado por un gobernador priista.

Pero, además, es del todo improbable darle tanta relevancia a un líder social de un ayuntamiento que aún no ha entrado en funciones, aunado que el estilo del palacio de La Corregidora no coincide con este tipo de “amarres” políticos.

La teoría de la “revancha política” es más inquietante, pero no por ello comprobada por la opinión pública.

Supuestamente, Juan Gabriel Olvera habría sido convocado por algunos cuadros priistas para operar el voto en el Municipio del Marqués; en concreto, para hacer trabajo político en favor del candidato a diputado del cuarto distrito federal.

A cambio de ese trabajo, “el líder perredista” recibiría un apoyo económico por parte de los priistas  que oscilaba entre un millón y medio y dos millones de pesos.

El punto crucial de esta tesis se dio cuando los “operadores políticos” del candidato menospreciaron, minimizaron o simplemente “no pelaron” al “Gavilán” durante los 90 días del pasado proceso electoral.

Y como dicen que “al buen entendedor pocas palabras”, nuestro personaje “El Gavilán” supuso que sus buenos oficios no eran necesarios para concretar los fines priistas en aquella demarcación.

En consecuencia, Gabriel Olvera decidió operar a favor de sus propios intereses y de los del partido que lo arropó, operando a contracorriente de los propósitos de uno de los consentidos de palacio.

Lo grave del asunto en esta hipótesis es que supuestamente el alcalde priista de aquel municipio, Rubén Galicia, en todo momento consintió, aprobó y apoyó las maniobras de “El Gavilán”, lo cual le valió el distanciamiento de la élite priista en la entidad.

No en vano, dicen los que saben, que Rubén Galicia está hoy en serios aprietos del tipo administrativo por malos manejos en las finanzas municipales; también dicen que estas “fallas” no serán solapadas por los encargados de aprobar las cuentas públicas de los ediles; y que incluso ya se teje finamente para que Rubén pague los platos rotos de la debacle electoral del partido en su demarcación.

El inmortal Pedro Infante tiene una canción que si las curules federales fueran sinónimos de aves, quedaría al dedillo en esta suposición:

Se llevó mi polla el gavilán pollero, 
la pollita que más quiero, 
que me sirva la otra copa cantinero, 
sin mi pollita yo me muero.  Gavilán, gavilán, gavilán, 
te llevaste mi polla, gavilán, 
si tu vuelves mi polla para acá, 
yo te doy todito el gallinero…”

La verdad del caso es que existe una averiguación previa y un proceso penal en contra de Juan Gabriel Olvera por el delito de “tentativa de homicidio”; por lo cual fue recluido en el penal de San José El Alto.

Según sus abogados, hay irregularidades en la etapa administrativa, toda vez que el ministerio público -dependiente de la administración estatal- nunca lo notificó, ni lo citó a declarar como “presunto responsable” del delito que se le acusa. Es decir “lo madrugaron”.

Las curiosidades de este entuerto son varias: por principio de cuentas el abogado defensor es Pablo González Loyola, otrora dirigente estatal del mismo partido del “Gavilán” y sobre el cual pesan varias averiguaciones por delitos contra el desarrollo urbano.

Otra curiosidad es la del delito que se le imputa a “El Gavilán” el cual es “tentativa de homicidio” lo cual supuestamente coincide con el mismo delito por el que se le intenta acusar a Fernando Rodríguez Serrato, regidor desaparecido del cabildo municipal de Querétaro Capital, “pero esa… es otra historia”.

Una curiosidad más podrían ser las oportunas notas periodísticas de que las cuentas no cuadran en las administraciones de Rubén Galicia y Carmelo Mendieta alcaldes que, de cierta forma, le han jugado las contras a los designios de los “Calzada boy´s”.

El apunte de este Staff de Códice Informativo podría ser redondeado con un viejo adagio popular “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.


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