La desconfianza

En México, la desconfianza sobre la situación económica en el país alcanzó ya niveles históricos.

Ya no sólo es una cuestión de charlas de café, o de desánimo en las redes sociales. Y peor aún, no sólo la percibe la clase trabajadora como suele ocurrir, sino también los directores de empresas, que generalmente tienen una posición económica más holgada.

Al menos así lo dejan ver las encuestas realizadas por el Inegi, en los índices de confianza del consumidor y empresarial, con cifras de enero pasado, que publicó la semana pasada.

La confianza del consumidor cayó más del 25 por ciento en relación con el mismo mes de 2016, según cifras desestacionalizadas. Una baja no registrada desde que se tienen registro.

Por su parte, la confianza del sector empresarial en la economía de México cayó 7.8 puntos en el gremio de la Construcción, 6.2 puntos en el Manufacturero y 5.4 puntos en el Comercio, los niveles más bajos en 24 meses, en tres de las actividades económicas más importantes para el país.

En el Índice de Confianza del Consumidor se le pregunta a la población encuestada cómo percibe la situación económica en su hogar y su país respecto a un año antes y para los próximos doce meses.

En tanto, a los empresarios se les pregunta sobre la situación económica del país y de su empresa, además de las perspectivas para el próximo año.

Posiblemente influyeron en estos indicadores el factor Trump y el gasolinazo. Uno, externo y otro interno; pero lo cierto es que es la primera vez en mucho tiempo que la desconfianza sobre el rumbo de la economía alcanza esos niveles.

Esta desconfianza del consumidor y de empresarios contrasta con los indicadores de crecimiento económico positivo internacional y nacional mostrados por el gobernador del Banco de México ante legisladores del PAN a finales de enero. En sus perspectivas, Agustin Carstens afirmó que “la actividad económica mundial continuó presentando una recuperación hacia finales de 2016, la cual podría persistir en 2017 (…) Y La economía mexicana registró una reactivación durante el 3T-2016, después del bajo crecimiento observado en el trimestre previo”.

Además, en su exposición Cartens destacó a los legisladores que “el consumo privado retomó una trayectoria creciente, de manera congruente con la mejoría de la masa salarial real. También se ha beneficiado de que el crédito al consumo ha continuado expandiéndose a tasas elevadas y de los mayores flujos de remesas” resaltó.

Lo cierto es que, pese a los indicadores mostrados por el gobernador del Banco de México, existe desconfianza en el futuro económico de México, de parte de los consumidores y los empresarios.

Tal vez por eso el mismo viernes 3 de febrero el gobierno federal anunció, a su modo, que para el 4 de febrero no subiría el precio de los combustibles nuevamente.

Hay quienes opinan que lo que menos quieren en la administración de Peña Nieto en este momento es echarle más limón a la herida.

Y eso que apenas vamos en el inicio del año.