Coacción y compra del voto: un fantasma que aún recorre México
La FEPADE realizó una encuesta durante las elecciones del 2018 donde se encontró que el 61% de las personas recibieron ofertas de bienes por parte de algún candidato o partido político a cambio de su voto
El voto es libre y secreto, esa es la premisa que tenemos los mexicanos, pero solo hace falta escarbar muy poco en la historia del país para saber que esa frase no siempre se cumple.
Desde empleadores que condicionan a sus trabajadores y campañas de intimidación, hasta la entrega de despensas o bienes materiales a cambio del voto; en muchas formas la historia de la democracia en México ha estado manchada por el clientelismo, la coacción y la compra del voto.
A pesar de que se han hecho avances significativos para garantizar el sufragio libre estas prácticas están lejos de estar erradicadas.
Durante el proceso electoral del 2018 la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) realizó el Estudio Nacional de Compra y Coacción de Votos, en donde se encontró que el 30% de los ciudadanos encuestados considera que fue muy común o algo común que los candidatos, partidos políticos o funcionarios ofrecieran dinero, regalos o favores personales a cambio de su voto.
De igual manera, el estudio reveló que el 61% obtuvo ofertas de bienes por parte de algún candidato o partido político; si bien el 26% de estos bienes fueron de propaganda en gorras y playeras, en el listado también destacan las despensas en un 10% y dinero en efectivo en un 7%.
La misma encuesta deja en claro que la coacción y compra de votos están fuertemente ligadas a las necesidades económicas y la ignorancia de la población, pero no es el único motivo. Académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) publicaron un estudio en torno al mismo periodo electoral, en donde encontraron que la falta de confianza en las instituciones son un elemento decisivo para que los ciudadanos eviten la denuncia de estos actos.
Sin embargo, vale la pena resaltar que el voto es el mecanismo que la ciudadanía tiene para hacer valer su opinión y rendirse ante los mecanismos de corrupción no va a mejorar las condiciones económica, ni reforzará la confianza en las instituciones públicas. Por el contrario se crea un ambiente de apatía ideal para que quienes busquen enriquecerse a costa de las y los mexicanos lo hagan con total libertad e impunidad.
Por ello si sabes o eres víctima de algún intento de compra o coacción del voto denuncia ante las autoridades competentes, y no lo olvides, este 2 de julio sal y vota.
