Tren México-Querétaro, ese postergado proyecto
Este lunes 23 de enero, el presidente Andrés Manuel volvió a poner sobre la mesa uno de los proyectos más mencionados, pero también postergado, de […]
Este lunes 23 de enero, el presidente Andrés Manuel volvió a poner sobre la mesa uno de los proyectos más mencionados, pero también postergado, de los últimos años. A todas luces, de una necesidad que raya en la urgencia, pero con menor ganancia política de la necesaria para poder ser puesto como una prioridad.
Y es que actualmente la México – Querétaro, tanto en el tramo libre como el de cuota, concentra una gran movilización de mercancías, convirtiéndose así en uno de los tramos más importantes para la economía del país.
De acuerdo con información del Fondo Nacional de Infraestructura, con datos del 2014 al 2020, el tramo México-Querétaro es la quinta carretera con el mayor tonelaje de mercancías en circulación. Además de ser una de vías con el mayor número de vehículos que transitan diariamente. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte, en 2018, año prepandemia, por la caseta Palmillas cruzaban diariamente, en promedio, 21 mil 643 vehículos, de los cuales, el 57.8% eran autos y motocicletas, 37.7% camiones y 4.5% autobuses.
Pero esta alto tránsito de vehículos también ha convertido a esta carretera en una de las más peligrosas, pues es la autopista que más colisiones registra anualmente. En 2021 se registró un total de 434 accidentes para la México-Querétaro, en segundo lugar se colocó la Querétaro – San Luis Potosí, con 302 percances, y en tercer lugar la Puebla – Córdoba, con 294 colisiones.
Lo anterior es muestra de que esta vía se encuentra en un punto importante de saturación, y que son necesarias nuevas opciones de traslado en dicho tramo. Sin embargo, luego de que en el sexenio de Enrique Peña Nieto se diera un fuerte impulso a la posibilidad de su construcción, y que incluso hubo un proyecto por parte de una empresa China, el Tren México – Querétaro solo ha sido una carta política que solo se usa como parte de un discurso que apela a la intangibilidad.
Y es que el propio presidente lo dejó claro en su conferencia matutina: el proyecto es viable, pero lo dejará para las administraciones venideras. Y es que un proyecto de estas características no luce tan redituable, políticamente hablando, como lo podrían ser las obras en el sur del país, donde cualquier gesto de progreso es bien recibido por una región que fue abandonada por muchos sexenios.
Tal vez para el próximo presidente pueda ser atractivo consolidar un tren de estas características y así aumentar el potencial económico de la región Bajío, sin embargo, todo parece indicar que, de ganar Morena, los esfuerzos estarán más enfocados en consolidar los proyectos insignia de la actual administración.