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Multado por los ladridos de su perro; causaron daño psicológico a un niño, asegura tribunal de Guanajuato

Por Mánelick Cruz Blanco - 30/04/2024

Las autoridades judiciales del estado consideraron que los ladridos de del perro de un vecino provocaron daños emocionales y psicológicos a un menor de edad pues sus ladridos le causaron insomnio, argumentado que esto significa un daño moral cuya sanción fue una multa económica para el dueño del can

 Multado por los ladridos de su perro; causaron daño psicológico a un niño, asegura tribunal de Guanajuato

Los ladridos de un perro pueden causar daño emocional y psicológicos, o al menos eso definió el Poder Judicial de Guanajuato, instancia judicial que además sancionó con una multa al dueño del perro pues, según el análisis del Juez Noveno Civil de León, el insomnio que le provocó a un vecino, que además es menor de edad, implicó causar un daño moral.

En un primer momento, el dueño del perro había ganado la demanda civil interpuesta por la familia del menor afectado, sin embargo, con esta sentencia se le da la razón a los padres del menor pues, aunque nos decibeles del ladrido del perro no fueron verificados, se consideró aún así que debieron ser lo suficientemente fuertes si se escuchaban en la casa del vecino.

“(…) sí se presentaron varias consecuencias que trastocaron, no sólo el sentir del pequeño, sino que repercutieron en su sueño y concentración”, señala la sentencia, aunque acota que no se puede considerar que se trata de una afectación grave porque, al momento de la entrevista, el menor de edad “ya no presentaba trastorno de insomnio del que aquí se trata”.

¿Los ladridos de un perro pueden provocar daño moral?

Eso sí, según la sentencia, el grado de responsabilidad del dueño del perro es “leve” porque intentó paliar los efetos de los ladridos de su perro enviándolo “dos o tres veces a la semana” a dormir en “un hostal especializado”, sin embargo, el tribunal consideró que las medidas tomadas no fueron suficientes para garantizar el bienestar del menor afectado.

La justificación considera que el hecho de que el aullido y ladridos del perro por la noche hayan afectado el sueño del menor también repercutió en su desempeño escolar , sin embargo, rechazó la solicitud de los padres de que se les pagara la colegiatura de la escuela y terapias del lenguaje pues, aunque aseguraron que el menor tuvo que recursar el primer año, no mostraron una constancia de estudios o de su escuela que así lo demostrara.

“Quedó sin demostrar que, por virtud del bajo rendimiento escolar del pequeño, hubiese tenido que recursar el primer año de preescolar, contrario a lo señalado por la parte recurrente (los padres del menor (…) de ahí que resulta improcedente el pretendido cobro de las terapias de lenguaje y colegiaturas”, señala el juez.

Aún así, el dueño del perro sí tuvo que pagar gastos de terapia que el menor ocupó cuando el insomnio se presentó y cuyo costo sólo incluirían las consultas recomendadas por el médico cuando se dio el incidente en 2019. Cabe señalar que, aunque esta demanda, y seguramente el conflicto vecinal, se dio hace más de cinco años, la sentencia fue a penas emitida en febrero de este año.


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