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11 de febrero, Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ¿qué tanto se ha avanzado en el tema?

Por Nadia Paola Bernal Benítez - 08/02/2021

¿Sabías que solo el 28% de todos los investigadores en el mundo son mujeres?

 11 de febrero, Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ¿qué tanto se ha avanzado en el tema?

Foto: Especial

El 22 de diciembre del 2015 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció que las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en las comunidades científica y tecnológica y que su participación debería reforzarse, por lo que declaró el 11 de febrero como el Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

En el contexto nacional, ¿qué tanto se ha avanzado en el tema?

Referente a las carreras de investigación científica a las que ingresan las mujeres en México, por ejemplo, en 1959 el 9.4 por ciento de la matrícula de la carrera en Física Experimental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) correspondía a mujeres; para 2019 su matrícula aumentó 16.2 por ciento, al alcanzar un 25 por ciento de mujeres en esa carrera.

Dichos datos fueron obtenidos con información de Género UNAM.

Hasta el 2016, las carreras con el índice femenil más bajo fueron Ingeniería Mecánica, Eléctrica y Composición, con menos de 15 mujeres por cada 100 hombres; en cambio, las carreras con más mujeres fueron Trabajo Social, Enfermería y Pedagogía, con más de 300 mujeres por cada 100 hombres, tendencia que ha permanecido desde 2005 hasta 2015.

“Otra tendencia muy marcada se observa en la matrícula de posgrado, tanto en maestría como en doctorado. En Ciencias Físico Matemáticas e Ingenierías aproximadamente el 30 por ciento de las estudiantes son mujeres y el 70 por ciento son hombres; en cambio, en las áreas de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes su matrícula es mixta”, detalla Género UNAM.

En 1984, el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología tenía registrado en su Sistema Nacional de Investigadores (SNI) a mil 143 hombres (81.9 por ciento) y 253 mujeres (18.1 por ciento), de acuerdo con el informe “El Sistema Nacional de Investigadores en números”, del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, AC.

“La diferencia, que entonces era de poco menos de 64 puntos porcentuales, se ha ido acortando con el paso de los años. Sin embargo, la distancia sigue siendo considerable; tan sólo en 2016 era de aproximadamente 28 puntos porcentuales (15 mil 992 hombres contra nueve mil 080 mujeres)”, explica el informe.

A pesar de que esta disparidad de género se mantuvo, la brecha de género disminuyó para 2020, aunque no lo suficiente. El 34 por ciento de las mujeres obtuvo un SNI nivel I y conforme el rango del SNI aumentó el porcentaje de mujeres decreció.

Un ejemplo de esto es que para el SNI nivel II el 35 por ciento fueron mujeres y para el SNI nivel III apenas el 30 por ciento, según el informe “Brecha de género en investigación reflejada en los resultados de la convocatoria SNI 2020”.

A nivel mundial, de acuerdo con la UNESCO, a pesar de que desde el siglo XIX se han logrado progresos en el tema, actualmente las mujeres siguen encontrando obstáculos en el campo de la ciencia. Tan sólo entre 2014 y 2016, alrededor del 30 por ciento de todas las estudiantes escogieron estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM).

Hasta la publicación del informe “Descifrar el código: La educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas”, en 2018 solo 17 mujeres habían ganado el Premio Nobel de física, química o medicina, desde que Marie Curie lo obtuvo en 1903, en comparación con 572 hombres y solo el 28 por ciento de todos los investigadores en el mundo son mujeres.

En 2018 se sumaron la química Frances Arnold y la físico Donna Strickland; para 2020 los galardones en química y física los obtuvieron las científicas Andrea M. Ghez, Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna.

Para la UNESCO, estas desigualdades de género no se dan por casualidad, sino que tienen una causa en la discriminación, los sesgos, las normas sociales y las expectativas que impactan la calidad de la educación que reciben y las disciplinas que estudian las niñas y mujeres.


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