Negociar con el descanso ajeno

Frente al templo de Santa Clara, los músicos afinaban sus instrumentos desde el medio día, hora en que se incrementó el número de turistas y familias que acudieron al Centro Histórico para pasar el último domingo antes de año nuevo.

Tanto payasos, comerciantes y artesanos como restauranteros y organizadores de excursiones turísticas, hacen de las visitas familiares al Centro Histórico un modo de ganarse el pan cuyo beneficios se incrementan en temporada vacacional.

“Venimos porque hay más gente y vendemos más” señaló Tañía Peréz, artesana que todos los días viene desde la Avenida Revolución a vender su mercancía en el centro, y quien manifiesta que a pesar de que todo el año hay turistas dentro en la ciudad, en las temporadas de vacaciones hay incrementos considerables en sus ganancias.

Unas calles más adentro, la familia Mendoza, proveniente de Pedro Escobedo, se sienta para observar a los payasos.
“Pues aquí estamos en familia, aquí a los niños les gustan los payasos, comprar globos y pues aquí nos la pasamos, nos gusta estar aquí ” señaló Gabriela Mendoza, la madre de familia, quien asegura que viene en las temporadas vacacionales con la intención de ver jugar a sus hijos, quienes disfrutan particularmente de los espectáculos con payasos.

El Jardín Zenea es otra de las alternativas para visitar este domingo, pues al compás de la música, un centenar de personas, entre bailarines y espectadores se reúnen cada domingo para deleitar a todos los transeúntes con nuevos pasos de baile.

Lucifer y el ángel Gabriel, son también parte de los personajes que pertenecen al Centro Histórico, pues forman parte del gran nacimiento que se coloca tradicionalmente durante de diciembre con motivo de la celebración de la navidad.

“Hemos estado recorriendo los andadores, dando vueltas por aquí por el Centro. El andador 16 de septiembre y aquí en la fuente -de jardín zenea- son los lugares que más nos gustan” manifestó una pareja que viene ocasionalmente los fines de semana a realizar las compras de su casa y quienes aprovechan para disfrutar de las tardes de domingo en el Centro Histórico