Jardín Guerrero y fuente no son monumentos históricos: INAH
El Instituto Nacional de Antropología e Historia determinó que el lugar fue creado en las primeras dos décadas del siglo XX
El jardín Guerrero así como los elementos que contiene, como la fuente que ahí se ubica, no son monumentos históricos y por tanto son susceptibles de ser intervenidos sin que se afecte al patrimonio histórico de Querétaro, aseguraron los especialistas técnicos y jurídicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En un comunicado, el INAH en Querétaro aseguró que ese es el resultado al que llegaron los especialistas del Instituto al realizar un estudio luego de que la autoridad municipal de Querétaro presentó ante el Instituto un proyecto de restauración, el cual fue autorizado.
“El Jardín Guerrero tiene la particularidad de ser un espacio creado a principios de los años veintes del siglo pasado; es decir, no es un monumento histórico como lo señala la Ley Federal de Monumentos y Sitios Arqueológicos, Artísticos e Históricos, que le concede ese carácter a toda edificación comprendida entre los siglos XVI y XIX. Cabe destacar que el Jardín era parte del Convento de Santa Clara y se pretendió construir ahí, ya en el siglo XX, la que hubiese sido la Catedral de Querétaro”, detalló el comunicado del INAH.
Sin concretarse la construcción de la nueva Catedral, añadió el INAH, el Jardín se convirtió en un espacio público que ha venido transformándose a través del tiempo, conteniendo diversos elementos, entre los que pueden señalarse un kiosco y una pista de patinaje. La actual fuente, la balaustrada que divide el espacio y la estatua en honor de Vicente Guerrero, datan del último tercio del mismo siglo XX.
“Por todo lo anterior, de acuerdo a la Ley en la materia, ni el propio Jardín, ni los elementos que hoy contiene, son monumentos históricos, y por tanto, a juicio de los especialistas técnicos y jurídicos del INAH, son susceptibles de ser intervenidos sin que se afecte al patrimonio histórico de Querétaro”, aseguró la delegación del Instituto en Querétaro.
El INAH enfatizó que, sin embargo, solicitó al Municipio de Querétaro algunos elementos para autorizar la intervención.
“(Que) se utilizaran en ella materiales adecuados al entorno, concretamente cantera para el piso, que se mantuviera el arbolado y que se siguieran considerando los elementos sociales que colaboran a que el Jardín Guerrero sea un espacio ampliamente visitado por la ciudadanía, tales como bancas, sillas de boleros y puestos de periódicos. Todo ello se respetó el proyecto final presentado y autorizado”, finalizó el INAH.