La Tercera Caravana del Migrante, una aventura paso a paso

Una verdadera odisea fue la tercera Caravana del Migrante “Bienvenido Paisano”, que trajo con bien a los queretanos oriundos de municipios ubicados en la Sierra Gorda que viven en Estados Unidos, y que hoy ya están en su tierra natal para compartir con sus familias las fechas decembrinas.

Y es que esos hombres y mujeres que hace décadas nacieron en Jalpan de Serra, Arroyo Seco, Landa de Matamoros, Pinal de Amoles, San Joaquín o Peñamiller ahora laboran en la construcción, la limpieza o el campo en estados de la Unión Americana como California, Texas, Nuevo México, Arizona, Florida, Arkansas, Iowa u Ohio, y este fin de año aprovecharon la caravana organizada por diputados locales para regresar al terruño con seguridad y paz.

Para la mayoría de los paisanos, México es tierra de conflicto. La inseguridad y las historias que han escuchado de mexicanos provenientes de Estados Unidos asaltados por delincuentes y autoridades les hacen pensar dos veces si es una buena decisión venir a visitar a sus seres queridos.

Finalmente 125 vehículos y alrededor de 300 migrantes se animaron y el 22 de diciembre estaban prestos a pocos kilómetros de la frontera entre Laredo y Nuevo Laredo. Junto con los diputados Alejandro Delgado Oscoy, Apolinar Casillas Gutierrez, Guillermo Vega Guerrero, Martín Vega Vega y Gilberto Pedraza, y el senador Francisco Dominguez, lo paisanos se aprestaron a cruzar por tierra la frontera norte de México.

Lo que parecía ser un mero trámite tomó más de de seis horas, ya que desde la 06:00 horas de este sábado y gracias al intenso tránsito en la zona, la Caravana del Migrante logró llegar a suelo mexicano al filo de las 13:00 horas. De ahí, el Centro Cultural de Nuevo Laredo recibió a los paisanos para organizar el regreso a la tierra que les vio nacer. Gerardo Rodríguez, Obispo de Tamaulipas, bendijo la salida de los migrantes y prometió que en el futuro, la Iglesia Católica Participaría de manera más activa en el evento.

Allí, las historias comenzaron a fluir. Detrás de los volantes de esas imponentes camionetas, cargadas hasta el cogote de pertenencias, había sueños y destinos… y había, por supuesto, un pasado.

Tal es el caso de Geraldine Gurdián, nacida en Nicaragua pero casada con un mexicano que vio la luz por primera vez en Jalpan de Serra. La abogada vive junto a sus familia en Tennessee y ha aprovechado cada una de las tres Caravanas de Migrantes organizadas hasta el momento para visitar a la familia de su esposo junto a sus hijos, nacidos estos en Estados Unidos.

Antes de que el ex diputado local Juan Fernando Rocha Mier iniciara dicha tradición decembrina, su marido tenía 17 años sin ver a su madre, quien ahora ya disfruta junto a su familia norteamericana con una costumbre cotidiana. Un total de 16 horas habían hecho desde su casa hasta Nuevo Laredo, y aún les esperaba un buen tramo de carretera.

Tomás García vive en Dallas y lo convenció un amigo para viajar a su tierra, Jalpan de Serra, esto en su camioneta. Lamentablemente a él no le fue bien el año pasado ya que los policías le robaron 200 dólares al momento de hacer un chequeo “rutinario”. A pesar de ello, decidió embarcarse nuevamente en la aventura sin amedrentarse con la presencia de corporaciones policiacas federales, estatales y municipales.

Por su parte, Marcela Velázquez viene con su mirado y sus tres hijos desde Main City, Florida, un pueblo cercano a Orlando. Ella nació en Guerrero pero su esposo, que hacía 17 años no pisaba México, nació en Arroyo Seco.

Marcela visitó por última vez su tierra natal junto a su padre en 1989, cuando fue detenido por un policía durante varias horas de manera arbitraria y robado en el proceso. Familiares de Querétaro les notificaron de la Caravana y se animaron a viajar para que sus hijos pudieran conocer sus orígenes.

Ellos y otros cientos de migrantes partieron rumbo a Jalpan de Serra con la esperanza de llegar a tierras queretanas cerca de la medianoche. A pesar de lo esperado, no fue posible cumplir con el itinerario. Y es que el fin de semana anterior a la navidad es el peor que se puede escoger para viajar por las carreteras norteñas del país, las cuáles se ven prácticamente colapsadas por la enorme cantidad de vehículos que provienen de Estados Unidos.

A la media noche del sábado apenas fue posible llegar al parador San Pedro de Galeana, a las afueras de Nuevo León, esto tras tardar horas en cargar los vehículos con gasolina. Los migrantes, quienes en algunos casos llevaban casi 24 horas de viaje, decidieron descansar ahí mismo, al interior de sus camionetas.

A las 4 de la mañana, con el frío calando los huesos, la caravana, ya con la presencia del Ejército mexicano con efectivos de la doceava Zona Militar, una unidad de la corporación Alas Rojas, el apoyo de los ángeles Verdes y por supuesto, los diferentes efectivos policiacos.

Para las 09 de la mañana del sábado, Arroyo Seco veía llegar a sus hijos pródigos. El presbítero Felipe Zarraga Ocampo les ofreció una nueva bendición mientras Miguel Nava Alvarado, presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, se unía al contingente.

Jalpan de Serra se convirtió en el destino final. Ahí, vestidos de rojo, aguardaban el diputado local Gilberto Pedraza, quien se adelantó en el viaje para organizar los festejos, y el edil Saúl Trejo. Junto a ellos esperaba también el legislador Yairo Marina Alcocer, quien forma parte de la Comisión de Asuntos Municipales y del Migrante, pero que no viajó junto a los paisanos.

Una festividad les esperaba a los migrantes en el Teatro del Pueblo. La música de huapango, el atole y los tamales estaban listos, pero no todos llegaron.

Algunos paisanos prefirieron adentrarse hacia sus hogares y otros, que se percataron del tinte político que tenía la festividad, se mantuvieron al margen como los legisladores panistas Alejandro Delgado, Apolinar Casillas y Guillermo Vega, quienes ante el intempestivo arribo de gorras del programa priista Soluciones, optaron por retirarse del lugar.

La misión estaba completada, la Caravana del Migrante “Bienvenido Paisano” en su tercera edición había llegado a su destino sin situaciones que lamentar.