Estadio Municipal se torna tricolor

Se tiñó de tricolor el Estadio Municipal de Futbol de Querétaro la tarde-noche de este jueves con la visita del candidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, que con media hora de retraso arribó al recinto deportivo para reunirse con alrededor de 10 mil simpatizantes, la mayoría de ellos jóvenes.

Matracas, tambores, cornetas y banderas acompañados de porras como “Peña presidente” dieron vida a la llegada del candidato tricolor que se dio tiempo para recorrer el pasillo central y saludar a la gente que espero por más de tres horas su arribo.

Personas de los 18 municipios del estado de Querétaro se dejaron sentir con su presencia, pero igualmente hubo gente de Hidalgo, San Luis Potosí y Nuevo León, que sin pensarlo se le abalanzó para robarle una palmada o una sonrisa, misma que fue correspondida por Peña Nieto pese al fuerte dispositivo de seguridad que lo acompañó en todo momento.

Minutos antes de lo que ha sido y fue su único evento masivo de manera oficial en Querétaro, su visita se vio amenazada por una posible invasión de jóvenes que manifestaron su rechazo al candidato tricolor con una pancarta que a su letra decía “Atenco no se olvida”, sin embargo, fue impedido por la seguridad propia del recinto.

Durante el discurso dirigido por el candidato presidencial, la gente se mantuvo expectante y de pie, por momentos interrumpió alguna mención con gritos de apoyo y fueron unos cuantos minutos donde se empañó su mensaje con una segunda aparición de alrededor de 10 jóvenes que subieron a lo más alto de la barda trasera del Estadio Municipal para extender nuevamente la pancarta, uno de ellos con una máscara del expresidente Carlos Salinas.

Esta fue la segunda visita de Enrique Peña Nieto a la capital queretana, aunque en esta ocasión fue con carácter de oficial en un mitin que se anunció con pocos días de anticipación; recordar que la primera ocasión tuvo por objetivo la firma de un manifiesto con el sector aeronáutico en el marco de una reunión privada.

Finalmente Peña Nieto decidió partir y abandonar el estadio municipal bajo la ligera llovizna que comenzó a caer en la ciudad, salida que además se tornó lenta por el descontrol de los jóvenes simpatizantes que intentaban llegar hasta su persona para saludarlo, aunque nunca termino por salirse de control.