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La pareja: Respeto y Límites

Por Pamela Andrade Aguilar - 11/01/2023

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

(Segunda parte) Considero importante recordar en qué momento de nuestra infancia surge por primera vez la necesidad de ser respetados en nuestros limites, de confirmarnos […]

 La pareja: Respeto y Límites

(Segunda parte)

Considero importante recordar en qué momento de nuestra infancia surge por primera vez la necesidad de ser respetados en nuestros limites, de confirmarnos como seres separados de nuestros padres y, por lo tanto, ser reconocidos en nuestra individualidad.

Es aproximadamente entre los 2 y los 3 años de edad, cuando el niño/a comienza a verse por primera vez como ser separado de sus padres, con la posibilidad de distanciarse incluso fisicamente de ellos, la primera adolescencia. Es con este despertar que comienza a decir “NO”; de hecho se puede convertir en su palabra que más use por un tiempo.

En esta etapa el niño necesita que el amor se traduzca en respeto y limites amorosos que le brinden seguridad para la conformación de su Yo. “ yo solito mamá”.

Se trata de una etapa generalmente desafiante para los padres que despierta en el niño/a dos energías en su interior.

Una energía funciona con el sentimiento de que a menos que tú consigas hacerte de lo que quieres, nunca lo conseguirás: “no me reprimas, quiero mover mi energía”, “quiero lo que quiero y lo quiero ahora”. Esta energía lleva el convencimiento de que todos intentan suprimirnos y sujetarnos, desde esta energía somos invasivos como protección.

Y otra energía que no tiene la habilidad ni la confianza para decir “NO” y cree que todos se aprovechan siempre: “por favor no me dejes.. te daré lo que quieres” “no es seguro confiar en nadie”. Considera que nadie respeta su espacio y que es necesario poner sus necesidades a un lado con tal de ser amado, desde esta energía nos dejamos invadir.
Es muy probable que nos identifiquemos más con una de las energías y que identifiquemos más a nuestra pareja con la otra, en realidad tenemos ambas partes de esta representación dentro de nosotros, el que es invasivo o el que se siente invadido.

Necesitamos aprender a establecer nuestros limites de manera firme y con dignidad y aprender a ser sensibles con el espacio y las necesidades del otro, siendo al mismo tiempo sensibles con los nuestros, todo un arte que lleva como ingredientes indispensables, conciencia y crecimiento personal.

Ganamos respeto propio cuando honramos nuestra valía, cuando honramos nuestros limites y encontramos la habilidad y el valor para proteger nuestro propio espacio. Al mismo tiempo es sólo desde este lugar de consideración y valoración a mis limites y espacios que puedo validar las necesidades y los espacios de mi pareja.

Cuando estamos en pareja creemos que es del otro de quién debemos proteger o defender nuestro espacio para no ser invadido porque en nuestra infancia sí hubo un otro por el que tuvimos que dejar a un lado nuestros limites para asegurar pertenencia y amor.

En la relación de pareja hay muchos momentos en los que nos encontramos perdidos en nuestro niño herido, la recuperación del respeto propio no llega hasta que podemos sentir la herida que hay debajo y podemos expresarla en una relación de confianza.

“Detenemos el abuso exterior al hacer nuestro trabajo interior, al conocer y sentir la vergüenza, al volver una y otra vez a sentirnos a nosotros mismos, y al amar a ese niño interior herido.” Krishnananda

Pamela Andrade Aguilar

Psicoterapeuta Gestalt con Maestría en Psicoterapia Gestalt, Especialista en Orientación y Desarrollo Humano y Especialista en Terapia de Pareja por el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt CDMX.


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