×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




Tribunal en fuga

Por Staff Códice Informativo - 19/02/2013

La trama de la Legislatura queretana en torno a la no ratificación del Magistrado Eugenio Castellanos Malo

 Tribunal en fuga

Quienes han seguido de cerca la trama que se ha desarrollado en la Legislatura local, a causa de la no ratificación del Magistrado Eugenio Castellanos Malo, habrán podido notar varias curiosidades en el caso.

Por principio de cuentas, es de destacar la perseverancia del hasta hoy magistrado para tratar de seguir en el cargo. Los que saben dicen que dicha persistencia tiene como causa la pronta jubilación de Castellanos, quien solo intenta ganar tiempo para hacerse de una jugosa pensión de retiro.

Pero más allá de esa situación, vale la pena poner atención en algunos detalles que se han venido dando al respecto, ya que como bien dice el dicho “el diablo se esconde en los detalles”.

Por principio de cuentas, llama la atención el hecho de que el propio Castellanos Malo pidió a la Legislatura local que no estuviera en el proceso de exploración el diputado Marco Antonio León. Lo anterior en virtud de una “enemistad manifiesta” por las declaraciones del diputado local.

Y es que como antecedente, el temerario legislador había declarado a algunos medios que Castellanos Malo debía dejar de estar mendigando un cargo en la administración pública. Lo cual seguramente causó susceptibilidades en la persona del hasta hoy magistrado.

Lo que es obvio es que resultó descabellada la petición de Castellanos en virtud de no poder limitar las funciones de un legislador, lo que además avivó las llamas al interior de la Junta de Concertación Política de la Legislatura local.

Pero eso no es todo, Eugenio Castellanos tuvo la oportunidad de aportar pruebas que lograran el convencimiento de los parlamentarios para poder reelegirlo por un periodo más y así lo hizo.

Entre las pruebas que sobresalen, es menester mencionar algunos oficios de apoyo que el Magistrado ofreció al puro estilo de cartas de recomendación, entre las que destacan las de diversas personalidades tales como Jesús Garduño Salazar, ex Magistrado y ex Presidente del Tribunal Superior de Justicia; o bien la de César García Ramírez, quien al momento de girar el oficio correspondiente era Director de la Facultad de Derecho en la Universidad Autónoma de Querétaro.

De destacarse también el apoyo de diversos colegios e instituciones tales como la Barra Queretana de Abogados, el Colegio de Notarios y la Asociación de Profesionales del Derecho, quienes no tuvieron empacho en recomendar y respaldar ampliamente las pretensiones del Licenciado Castellanos Malo.

También tuvo el aspirante el respaldo de sus pares, exhibiendo oficios de diversos magistrados de otros tribunales similares al contencioso administrativo establecidos en varias entidades de la República.

Algunas personalidades del ámbito jurídico como la Doctora Fabiola Larrondo, directora del Registro Civil, el Notario Sergio Guerra Zepeda y el académico Agustín Alcocer también expresaron su solidaridad con Castellanos Malo.

Pero el respaldo descrito con anterioridad no fue suficiente, razones de peso se impusieron para que la mayoría en el pleno de la Legislatura optara por no ratificar al Magistrado en comento.

La principal razón fue la confesión expresa del Licenciado Luis Silvano Cajiga Montes, ex secretario proyectista del Tribunal Contencioso Administrativo y colaborador directo de nuestro personaje.

En dicha confesión, Cajiga acusó a Castellanos de haberlo empleado en labores diversas a las que debía realizar como Secretario Proyectista del Tribunal; entre otras, clases, reuniones académicas, seminarios y diversos asuntos personales del Magistrado.

En consecuencia de la manifestación de Cajiga, Castellanos Malo habría optado por destituirlo de su cargo pero ¿tendría motivos Castellanos para correr a Cajiga por decir la verdad?

Otra razón de peso para no ratificar a Castellanos tuvo que ver con el escandaloso sueldo del Oficial Mayor del propio Tribunal, que de acuerdo con la Ley Orgánica del mismo fue designado por el mismísimo Magistrado.

Dicho cargo recayó en la C.P. Romelia Portillo Cedeño, con un sueldo mensual de $50 mil del águila, más prestaciones. Mientras que en otras dependencias un cargo de igual jerarquía no supera los $25 mil pesos mensuales. Esto, aunado a un promedio de los sueldos de todos los trabajadores del tribunal, evidenció la cuantiosa suma de emolumentos para doña Romelia.

Una razón más que se ponderó en el pleno de la Legislatura fue la no designación de magistrado supernumerario, o suplente, durante un periodo vacacional de Castellanos Malo, lo cual se interpretó como dejar del lado la impartición de justicia consignada en el artículo 17 constitucional.

Los que saben dicen que esta omisión por parte de Castellanos de no designar suplente, obedeció a una mala intención del propio funcionario, ya que esto le permitiría asegurar su cargo pensando en el futuro.

Una última razón de peso tuvo que ver con la relajada disciplina que se vivía en el Tribunal, ya que los apercibimientos por mal desempeño de algunos jueces, únicamente se daban de palabra por parte del Magistrado, lo cual no concuerda con la propia ley orgánica y el reglamento del multicitado tribunal.

Entendidos en la materia dicen que en la panza del Tribunal hay asuntos de sumo interés para el Gobierno del Estado, entre los que destaca la remisión del contrato de obra pública de La Ciudad de las Artes, a principios de este sexenio, y cuyo valor ronda los 400 millones de pesos.

Lo anterior convertiría a dicha institución en un foco rojo en materia financiera, cuya principal cabeza no termina de llenar el ojo entre la clase política.

Lo que sí es un hecho es que a los diputados locales les pasó de noche que el Magistrado Castellanos quizá tenga un conflicto de intereses que pone en entredicho sus funciones al frente del Tribunal Contencioso.

Y es que en los corrillos del litigio administrativo se dice que durante sus funciones de Magistrado, Castellanos Malo se daba tiempo para patrocinar diversos juicios en tribunales administrativos.

Incluso, hay quien asegura que en algunas salas del Tribunal Fiscal figura inscrita la cédula de abogado litigante de Eugenio Castellanos Malo. Eso demostraría por demás la discordancia entre Magistrado y Litigante del hombre que ha logrado poner una piedrita en el zapato en la Legislatura local. Como dice el dicho “el que a dos amos sirve, con uno siempre queda mal”.

Por lo pronto, el juego político está calientito: las facciones parlamentarias se van separando y la visión de Braulio Guerra de ser un poder unido, poco a poco empieza a desdibujarse. “Bien sabe el diablo a quien se le aparece”.


Otras notas



De nuestra red editorial