Protección para periodistas: ¿Querétaro a la vanguardia?

El gremio periodístico queretano se ha llevado una grata sorpresa ante la unidad mostrada por aquellos quienes se dedican a esta noble profesión –que no oficio– en relación a la iniciativa de ley para la Protección y Garantía de la Libertad de Expresión y el Ejercicio Periodístico el estado de Querétaro. 

Así le llamaron Braulio Guerra Urbiola y su equipo tricolor al proyecto de iniciativa que presentaron el 22 de enero, y los colegas periodistas, ya desde la celebración de aquella rueda de prensa, comenzaron a intercambiar puntos de vista sobre la idea que, de inicio, parecer solo un cúmulo de buenas intenciones. 

Ante ese escenario, y contrario al común denominador queretano en cuanto a la unión de periodistas, una avanzada vía Facebook congregó a un nutrido pero no representativo número de periodistas que se abocaron a los primeros debates en el tema.

Fue así como con la visita de Andrés Solís -colega reportero y consejero del Mecanismo Federal de Periodistas- que los periodistas locales aprendieron lo más básico y desde donde parte el actual análisis: sus vulnerabilidades. 

Antes que nada, levantó polémica la definición de periodista, tan limitada que ni siquiera incluye a quien hacen periodismo con sus cámaras o dibujando. Es tan evidente el error que no parece que exista resistencia por parte de los legisladores a modificarlo.

Solís puso 14 puntos sobre la mesa respecto a los derechos de los periodistas y, con ello, las dos principales críticas surgieron: el asistencialismo oficial y la mentada Comisión Estatal de Protección del Ejercicio Periodístico.

El asistencialismo, como lo bautizaron los colegas periodistas, se incluye en el Capítulo VII de la propuesta de ley y que fue titulado como “Del Acceso a los Servicios de Salud y a la Seguridad Social” que incluye dos artículos que, en resumidas cuentas, establecen la responsabilidad del Estado de ofertar dichos servicios al gremio.

La pregunta que saltó fue “¿somos tan especiales?” y la duda sistemática también hizo su aparición. ¿Qué clase de subordinación hacia la autoridad podría surgir de un periodista que, ante la irresponsabilidad de su empleador sea especialmente ayudado en ámbitos como servicios de salud por parte del gobierno? “Se institucionaliza el chayote”, dejó claro Andrés Solís.

Braulio Guerra aceptó reunirse con periodistas para analizar y discutir el proyecto y apeló a “cuestiones de técnica legislativa” para la inclusión de dicho apartado, aunque ofreció que, si causa molestia, se puede quitar. ¡Gracias!

En el caso de la Comisión Estatal de Protección del Ejercicio Periodístico, el asunto se hace aún más risible. Resulta que el proyecto contempla la creación un órgano que tenga entre sus funciones el análisis de las condiciones del gremio periodístico.

Pero el PRI pretende que dicha Comisión sea presidida por un representante de la Secretaría de Gobierno, tenga la presencia de la Coordinación de Comunicación Social, de la PGR, CEIG y CEDHQ, de dos representantes de universidades que oferten carreras afines al periodismo, dos dueños, directivos o concesionarios de medios de comunicación… ¡Ah sí! Y de dos periodistas con algo llamado “prestigiada trayectoria profesional, representativos de medios de información” que serían propuestos por el gobernador y ratificados por la Legislatura. ¡Así! 

Las protestas no se hicieron esperar y es tan evidente lo circense de dicha Comisión que Braulio, sin mucho chistar, se refirió al tema con un escueto “bueno, eso se puede revisar”.

Aspectos como el secreto profesional o la cláusula de conciencia tienen la coincidencia de los periodistas queretanos de ser temas positivos que pueden coadyuvar en el quehacer periodístico, pero un análisis jurídico que el abogado César Tarelo realizó para el gremio indica que hay importantes adecuaciones que realizar.

Actualmente se acuña ya un documento que será presentado a Braulio Guerra Urbiola como diputado promovente del proyecto, con el que se espera sean tomados en cuenta los puntos que tienen los periodistas, los de a pie, los que podrían celebrar o sufrir directamente las disposiciones de esa normatividad.

Se espera también la organización de foros, de esos que deambulan sin cesar por el patio central de Casa Mota; pero eso sí, los periodistas quieren invitar a sus propios ponentes. La AMEDI, la Casa del Periodismo, Artículo 19, Reporteros sin Fronteras o los Mecanismos de Protección de Periodistas son algunos de los organismos a los que se han acercado los reporteros queretanos y han estado cerca del proceso de análisis.

Buenas sensaciones ha dejado entre los periodistas queretanos el proceso que se ha llevado, poco a poco, para mejorar el proyecto de Braulio.

La actitud positiva y concertadora del propio legislador ha dejado patente la esperanza de tener en Querétaro una ley de vanguardia que proteja el ejercicio periodístico desde la perspectiva de los propios reporteros y no desde la autoridad.

Quedan dudas respecto a lo que viene.

Es un hecho que, en su momento, el proyecto pasará también por los escritorios de los directivos de los medios.

¿Irá al traste el trabajo de los compañeros de tierra? Por lo pronto, y de acuerdo con Guerra Urbiola, hay todo el tiempo necesario para revisar el proyecto. Eso sí, pidió que salga en la LVII Legislatura, es decir, antes de septiembre de 2015.