El Juego de las Vencidas

La semana pasada, la UAQ fue sede de una final de partido. Hubo un encuentro cardiaco. Un juego de vencidas que puso a sudar a propios y extraños; y en el que contendieron el rector de la casa de estudios, Gilberto Herrera, y la dirigencia sindical de los trabajadores y empleados de esa casa de estudios. ¿Quién ganó? En el ámbito académico los estudiantes. En el político, cuesta trabajo responder…

El emplazamiento a huelga era para las 12 horas del 1 marzo. Inicialmente la exigencia del STEUAQ era de un incremento salarial del 20 por ciento, mientras que la casa de estudios estableció como propuesta un 3.9 por ciento.

Hubo diversas negociaciones durante varias semanas, pero al cabo de los días las pláticas se fueron complicando. El juego de las vencidas parecía que iba a ser ganado por el sindicato.

La propuesta final de la rectoría era de un aumento de 4.9 por ciento y una bolsa económica de un millón 500 mil pesos, planteamiento que fue rechazado por el gremio.

Sindicato y autoridades no alcanzaban un acuerdo que les dejara contentos a cuatro horas del estallamiento de la huelga, lo que motivó que se anunciara el desalojo de la comunidad estudiantil de los planteles, ante el inminente escenario de la colocación de las banderas rojinegras en esa universidad.

Con ello, su imagen e impulso como centro de aprendizaje, investigación y producción se verían afectados. Se avizoraba, pues, la posibilidad de que ocurriera un panorama similar al de otras escuelas como el CCH, la Universidad Nicolaita de Michoacán o la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, sumergidas en una huelga o paro de actividades, por diferentes circunstancias, pero con un efecto similar.

Los daños para unos y otros hubieran sido mayores, incluso para el estado, que se sumaría a esa lista de entidades con problemas en sus universidades.

Estaba por terminar el juego de las vencidas; y el músculo del rector parecía que sufría un tirón.
“Nosotros ya no teníamos capacidad de ofrecer más”, señalaba el doctor Gilberto Herrera.

El brazo del STEUAQ tenía una fuerza superior a la de su contendiente. Como si algo o alguien lo empujara para vencer a su oponente. Una fuerza poderosa.

Pero, como diría aquel comentarista, esto no se acaba hasta que se acaba….De última hora, el gobierno del estado informó que aportaba 800 mil pesos para que la bolsa económica que solicitaban los agremiados al STEUAQ quedara en dos millones 300 mil pesos, más el incremento directo al salario de 4.9 por ciento.

“Esos recursos provenían de una serie de ajustes y transferencias en el presupuesto de varios programas y dependencias del Ejecutivo estatal”, afirmaba el secretario de Finanzas, Germán Giordano, quien seguramente tuvo que sacar la calculadora de último momento para ver de qué rubros cuadraba las cuentas.

Al final, la bolsa de dos millones 300 mil pesos fue aceptada por la asamblea del sindicato, con 409 votos a favor. 800 mil pesos de las arcas gubernamentales fueron la diferencia; y la huelga se conjuró.

El juego de las vencidas terminó.
La líder sindical, Laura Leyva, salió airosa de la negociación y de este juego de las vencidas. “A quien, de antemano, tenemos que agradecerle todo el apoyo es al señor gobernador”, apuntó.
Quién ganó este juego? Es una pregunta que cuesta trabajo responder.