De “El Lazca” a “la burra no era arisca”

¿Por qué será que cada que se da el anuncio oficial de la detención o muerte de un capo del narcotráfico, surgen de inmediato especulaciones sobre la veracidad o no de ese golpe al crimen organizado? No es que uno no les crea, pero “la burra no era arisca“.

El reciente anuncio del gobierno mexicano respecto a que Heriberto Lazcano Lazcano, uno de los líderes de Los Zetas, fue abatido en un enfrentamiento el pasado sábado en el área de Progreso, Coahuila, deja muchos cabos sueltos.

Por una parte, por la forma en que se dio el mensaje inicial, a través de “fuertes indicios“; y segundo por el robo del cuerpo del que presuntamente era el hombre buscado por la DEA y por el gobierno mexicano.

¿Fue un golpe fortuito? Sí, basados en los comunicados de la Secretaría de Marina (SEMAR), que señalan que en atención a denuncias ciudadanas se efectuó un patrullaje en la zona; y de ahí derivó el enfrentamiento, alrededor de las 18.00 horas del sábado, en el que presuntamente murió el llamado “El Lazca”.

Después de la balacera, los cuerpos de los dos delincuentes abatidos fueron entregados a las autoridades locales correspondientes, es decir, a las del estado de Coahuila.

Y fue a ellos a quienes se les fue el muerto. Se lo llevó un grupo armado, según declaraciones del procurador de aquella entidad, alrededor de la 1:00 de la mañana del domingo. Es decir, que pasaron aproximadamente siete horas sin que las autoridades federales ni las estatales tuvieran conocimiento de quién era el cuerpo al que le estaban haciendo una necropsia, pues de lo contrario hubiera existido un importante despliegue de resguardo de la funeraria en el que se encontraba.

En esta historia surge la pregunta de si era común que uno de los hombres más buscados por las autoridades mexicanas y estadounidenses, incluso por quien ofrecían una recompensa millonaria; uno de los fundadores de los Zetas, anduviera solo con un acompañante en un partido de beisbol.

¿Sin escoltas, sin más equipo de seguridad que un hombre?

Hoy, cinco días después, la DEA mantiene en su portal de los hombres más buscados de la división de Houston, la fotografía de Lazcano.

El procurador de Estados Unidos, Eric Holder, ha indicado que “de ser cierto, sería un logro muy importante”, en referencia al anuncio del gobierno mexicano.

Sin querer hacer menos el trabajo profesional de la SEMAR, este tipo de anomalías hacen que sean sus propias autoridades las que demeriten la arriesgada labor de los elementos que enfrentan al crimen desde la calle.

El más reciente estudio de Consulta Mitofsky, sobre la confianza de los mexicanos en las instituciones, publicado precisamente el mismo día del enfrentamiento, no hace referencia a la Secretaría de Marina, pero sí al Ejército.

Es el tercero mejor evaluado por los encuestados, con una calificación de 7.5. Sin embargo, al hacer una revisión de los últimos cuatro años presenta una pérdida de confianza al pasar su saldo de 29 puntos en 2008 a 20 en 2012.

Y es que “la burra no era arisca…“