Presión social para que las mujeres sean madres persiste en México: especialistas de la UNAM
A nivel nacional, la tasa de fecundidad ha disminuido debido a diversos factores como los movimientos feministas, el uso de diversos métodos anticonceptivos, así como el incremento de la escolaridad
El reconocimiento de la maternidad como una elección y no como una obligación es fundamental en el contexto actual; sin embargo, en México aún existe una gran presión social para las que deciden no serlo y para las que sí lo quieren, así lo dieron a conocer Tania Meléndez y Alejandra Collado, especialistas e investigadoras de la UNAM, en el marco del Día de las Madres.
Las académicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Tania Meléndez Elizalde, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón y co-coordinadora del Seminario Interinstitucional de Familia y Diversidad; y Alejandra Collado Campos, especialista en Estudios de la Mujer y jefa de Medios de Comunicación del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), realizan trabajos en torno a este fenómeno, en el cual la educación, el nivel de profesionalización y el contexto cultural en el que las mujeres están inmersas es determinante.
A nivel nacional, la tasa de fecundidad de las mexicanas ha experimentado una considerable disminución, lo que concuerda con una tendencia general en las sociedades occidentales.
Meléndez Elizalde detalló que las causas de este fenómeno son múltiples: los movimientos feministas que han promovido un entendimiento distinto del papel de la mujer en la sociedad, la divulgación y uso de diversos métodos anticonceptivos, así como el incremento de la escolaridad de la población en general.
Los censos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que en 1980 la tasa de fecundidad era de 4.8 hijos por mujer, en 2000 disminuyó a 2.6 y en 2020 a sólo 1.9; sin embargo, el escenario varía por entidad, pues mientras en la Ciudad de México la tasa es de 1.2 hijos por mujer, en Chiapas es de 2.7 y en Guerrero de 2.3.
“Las mujeres que tienen mayor nivel académico tienen menos hijos, no tienen o los tienen mucho más tarde; en contraste, mujeres con escolaridad primaria tienen más de dos hijos o son madres más jóvenes, lo que genera que dejen de estudiar y se quedan en esa escolaridad”, subrayó Collado Campos.
Pese a que ser madre no supone un impedimento para realizar actividades o ejercer cargos en el sector público o privado, existen prejuicios para contratarlas por el tiempo que exigen las labores de cuidados. “Aún se les pregunta si están embarazadas o cuántos hijos tienen, porque en función de eso determinan si puede ser útil o no para un puesto, si se va a ausentar por actividades escolares, por enfermedades”, manifestó la académica.
En tanto, quienes han decidido no ser madres se enfrentan a estigmas y presiones sociales.
“Decidir no ser madre se atribuye a que algo no funciona bien con esa mujer y se le castiga simbólicamente al representarla como la solterona, amargada, enojona o ‘la que nadie quiso’, no se concibe que pueda ser plena y estar feliz, desarrollarse completamente, sin tener que ser mamá. Sin embargo, esa carga negativa no existe hacia los hombres que deciden no ser padres”, puntualizó.
Alejandra Collado destacó que una frase que se usa en el feminismo es “la maternidad será deseada o no será”, es decir, que la maternidad debe ser por decisión, no por imposición o presión.
Miriam Vega Sánchez
Editora de productos especiales
Periodista, egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro. La escritura es la herramienta que yo he elegido para contribuir a la construcción de una sociedad más crítica y sensible ante las problemáticas enfrentamos como humanidad. He desempeñado esta profesión desde el 2018 y estoy ávida de incorporar nuevas formas y narrativas a mi trabajo periodístico.