×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




El Papa Francisco

Por Andrés González - 12/02/2016

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Un nuevo ingrediente se viene a presentar en el país justo en la visita que nos haga el Papa Francisco y que mucho tiene que […]

 El Papa Francisco

Un nuevo ingrediente se viene a presentar en el país justo en la visita que nos haga el Papa Francisco y que mucho tiene que ver con los Derechos Humanos.

Se trata de la muerte de 52 reos en un penal de Nuevo León, producto de un cruento enfrentamiento interno entre grupos que vuelve a dejar muy mal parada a la justicia “humanitaria” que se tiene en estos centros.

Quienes piensen que el Papa Francisco encontrará aquí a una grey católica socialmente tranquila, están equivocados. Y los hechos así lo demuestran.

El país está viviendo una sórdida y continúa corrosión en sus cimientes sociales, que vulnera la coexistencia cristiana, la tranquilidad social.

Esta nueva atrocidad en un penal, tiene mucho que ver con la expresión de “misericordia” que porta en sus viajes por el mundo el Papa Francisco.

Y en un Papa, la palabra toma sus reales dimensiones porque significa el ánimo a compadecerse de las penalidades y miserias ajenas.

Y las penalidades que la madrugada de ayer pasaron los familiares – padres, madres, hermanos, hermanas, hijos – de los fallecidos en este centro penitenciario, además de volver a encender los focos rojos por las condiciones no controladas que a su interior se tienen, si tiene mucho que ver con la doctrina social y católica pregonada por el Papa Francisco en el sentido teológico y social más amplio.

El Papa Francisco trae en la mente la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pero también harán presencia en su mente la violencia desatada al interior de nuestros centros penitenciarios.

Su más reciente encíclica “Laudato si” que encierra el canto de San Francisco de Asís “Laudato si, mi Signore” – Alabado seas mi Señor – también contempla la visión universal de Cristo en un mundo en el que todos somos hermanos, porque vivimos y coexistimos en nuestra Casa Común. Y la humanidad –nosotros pues – somos todos parte esencial de esa creación. No se puede pensar que el mundo es contrario a los seres humanos y viceversa, porque este mundo es precisamente la casa de la humanidad toda. También de los que se encuentran recluidos en estos centros.

Si bien su visita puede considerarse eminentemente pastoral – no política ni de enfrentamiento con el gobierno que lo recibe – también el Estado Mexicano lo ubica y le da la categoría de un Jefe de Estado, representante ante este de un país, El Vaticano.

Pero la dualidad no se puede disolver. La voz del Papa Francisco viene también a reivindicar el valor del mundo secular, el puesto de Dios como Creador y viene a confirmar al valor del hombre como creado a su semejanza.

Y los semejantes – a fin de cuentas – somos todos, inclusive y particularmente los que están en desgracia, en situaciones difíciles por estar privados de su libertad; o lo que se encuentran acosados por el crimen organizado…y los que a este se amparan…y los que padecemos los estragos de este…y somos todos parte de esta humanidad creada a “semejanza de Dios” en un libre albedrío que – este si – depende el cómo estemos forjando nuestro tejido social, el tejido social mexicano.

Por eso la palabra de Francisco habrá que oírla con mucha atención, por el difícil y muy complicado tejido social que aquí tenemos.

Debemos creer que hoy hay voces en el mundo que iluminan, la del Papa Francisco es una de estas, seamos creyentes o no lo seamos.

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


Otras notas



De nuestra red editorial