Emma da ejemplo de cómo hacer frente al cáncer de mama

“Morir es el ansia de vivir”, esa es la frase que lleva siempre consigo Emma, quien está luchando contra el cáncer de huesos, después de vencerlo en uno de sus senos.

En el marco del Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre de cada año, una mujer nos contó cómo se puede vivir con esta enfermedad.

El tratamiento que ella tiene ahora es a base de medicamentos, pero su tratamiento emocional consiste en realizar actividades en las que se sienta ocupada y útil. Diariamente va a natación y a Tai Chi, lleva y recoge de la escuela a sus nietos, y dos veces por semana toma clases de serigrafía; en sus palabras “nada la detiene”.

Emma se realizaba autoexploraciones con frecuencia y un día detectó unos bultos anormales en su seno derecho, por lo que acudió al médico, quien le dijo que no era algo de qué preocuparse; sin embargo, si esos bultos crecían debía regresar para hacer estudios a profundidad, lo cual sucedió en menos de un año.

En el 2012, le realizaron un ultrasonido mamario en La Clínica de Mama, ubicada en el Hospital General de Celaya, Guanajuato; luego de esto le realizaron una biopsia y cuando le llamaron para recoger sus resultados, le pidieron que fuera acompañada.

“Me llaman, pero ya cuando me llaman me dicen que debo ir acompañada; ya cuando me dicen eso, pues es que ya no es nada bueno”, relató.

Para Emma el haber llegado a ese punto le resultaba poco creíble, pues acudía a revisiones, hacía ejercicio y nadie en su familia había tenido cáncer de ningún tipo, por lo que sin antecedentes, ella creía que no era posible padecer de esta enfermedad.

Los resultados de la biopsia fue innegablemente cáncer, el cual ya se encontraba en la etapa 3 de 4; por lo que fue canalizada a León, Guanajuato, en donde le realizaron ocho quimioterapias para reducir el tamaño del tumor y poder operarla.

“Me hacen ocho quimioterapias y pues es todo el proceso, lo que mucha gente ve y conoce, pues se te cae el pelo, cejas, pestañas, todo se te cae; me dan ocho quimios, pero si es algo difícil de digerir la primera vez que te dicen que es cáncer, ya cuando te dicen te vamos a dar quimios, para mí de lo que fue más fuerte es que se caiga el cabello”, admitió.

Posterior al tratamiento, Emma entra a cirugía para una mastectomía radical, la cual consistió en extirpar el seno, músculo y los ganglios cercanos al brazo derecho; con esta operación, ella se mantuvo con radioterapia y medicamentos hasta el 2015.

Sin embargo, pese a haber transitado por los tratamientos y la mastectomía, ese mismo año, el cáncer reapareció en su hígado, pulmón y hueso, por lo que recibió otras ocho quimioterapias.

“Afortunadamente pues, se desaparece el cáncer de los órganos, nada más me queda afectado lo que es la columna; ahorita sigo en tratamiento porque me quedó afectada la columna” detalló.

El cáncer después de aparecer en una parte del cuerpo, puede provocar metástasis que como Emma lo precisó, es cuando reaparece en otros órganos, principalmente en los que a ella le afectó.

“Yo me considero, a mis hijos y a mi esposo les digo, mira yo soy la mujer más sana del mundo, a mi me pasó esto, me tocó y tuve la suerte que me tocara; pero de todo lo demás yo soy la mujer más sana, de la presión, diabetes, peso, todo está perfecto, entonces las quimios no me afectaban”, destacó.

Emma aseguró que el estilo de vida que lleva, la hace sentirse fuerte y no le permite estarse recordando su enfermedad; incluso, sus compañeros de clases no saben lo que padece, ni se ha dejado ver de forma distinta físicamente, pues utiliza una prótesis de su seno todos los días, lo que la hace sentirse más segura.

“El cáncer ya no es hereditario, le puede dar a cualquier persona, antes decían que era genético; pero mi caso, yo no tengo ningún pariente que hubiera padecido cáncer, ahora si que soy la primera de la familia”

Otra de las cosas que le permite seguir adelante es el apoyo incondicional de su familia, pues confesó que son ellos quienes le dan las fuerzas para continuar, y el hecho de sufrir un cambio físico, no hubiera sido llevadero, si no hubiera tenido a su esposo junto a ella, pues se trata de un cambio muy difícil de admitir.

Emma está consciente que es un camino que no ha terminado, pero se siente bien y dijo sentirse motivada, pues hasta que se supo enferma, valoró cada día y aprendió a vivir al máximo.