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Sobre heroísmo anónimo

Por Karen Munguía - 09/03/2017

Disciplina, calidad y atención son solo tres de los atributos que distinguen a las enfermeras que trabajan en la Unidad Médica de Atención Ambulatoria (UMAA) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), un lugar donde minimizar el dolor y sufrimiento emocional y físico es primordial

 Sobre heroísmo anónimo

Patricia Meraz Alvarado tiene 50 años y ha dedicado la mitad de su vida a trabajar como enfermera en el IMSS. Los últimos 6 años ha estado en la UMAA, donde se trata a pacientes con algún tipo de cáncer, entre otros padecimientos. Patricia es jefa de piso de quimioterapia y de cirugía general, la labor que desempeña es delicada, digna y especial, su función es minimizar el dolor y sufrimiento emocional y físico; además de brindar un servicio especializado, las enfermeras se vuelven terapeutas, amigas y confidentes. El vínculo que a diario generan es inigualable. Para ella y sus compañeras ser enfermera es un orgullo.

Durante enero de 2017, la UMAA atendió a 30 personas en el área de oncología, sin embargo, al mes, la atención llega a ser hasta para 195 pacientes, según estadísticas de la institución.

Aunque es su pasión, el trabajo no es fácil. El dolor y sufrimiento de los pacientes obliga a las enfermeras a tomar terapias, a rolar obligaciones para mantener la estabilidad mental. Ver sufrir a un niño o adulto mayor es su peor paga. Por eso todos los miércoles, de 7:30 a 8:30 horas deben tomar sesiones médicas, a veces didácticas o educativas, para poder sobrellevar la carga emocional. De hecho Patricia llegó al área de cirugía general, después de un año tres meses de apoyar en quimioterapias, donde lleva seis meses, por salud mental, nunca física. El cambio fue necesario.

«Hay gente que dice nunca sería enfermera, yo digo que sí lo volvería a hacer. Si volviera a nacer me gustaría ayudar a las personas. Me han hecho más sensible emocionalmente, muchos pacientes nos ven frías, pero eso es algo que sucede al paso del tiempo, y no lo va haciendo uno porque te vuelvas fría, sino porque o lloras con el paciente o lo atiendes, y después le lloras, no se puede llorar los dos», cuenta.

En la UMAA trabajan 20 enfermeras en el turno matutino y 12 más en el vespertino; aun así, Patricia considera que hace falta personal: dos enfermeras auxiliares por la mañana y una enfermera general para la tarde.

Esta problemática no es exclusiva del IMSS; de acuerdo con el secretario de Salud estatal, Alfredo Gobera Farro, en el sector existe un déficit de 400 enfermeras, pues, de acuerdo con indicadores nacionales, en el estado debe haber 2.6 enfermeros por cada mil habitantes y actualmente solo hay 2.2.

 

El cáncer en la UMAA

Meraz Alvarado explica que el tipo de cáncer que predomina en las pacientes mujeres es el cáncer de mama, seguido del de ovario y del cervicouterino; en el caso de los hombres el cáncer de próstata es el más común, después el de testículo.

La atención depende del grado del tumor maligno. En algunos pacientes la quimioterapia es cada 21 días, en otros los días 1 y 8 de cada mes, con descansos dos semanas. El tratamiento es sumamente incómodo para los pacientes, incluso el color del citotóxico, el medicamento que se suministra, les causa náuseas. El rojo es el que más afecta a las mujeres, en el caso de los hombres la sintomatología es menor, pues las dosis que se aplican son menores.

En la UMAA también hay niños. En enero la cifra era de entre 10 y 15 niños que recibían quimioterapias. Su dolor y su agotamiento se transmiten fácilmente, no llorar con ellos resulta imposible.

«Es muy triste ver a un niño de 6 años que viene a su primera terapia […] no quiere, grita y patalea, y es difícil que la enfermera trate de convencerlo», dice sobre el proceso de canalización de los pacientes más jóvenes.

 

Las cifras

Aunque el cáncer de mama es una enfermedad que se presenta principalmente en mujeres, también puede aparecer en hombres y, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el uno por ciento de los hombres que tiene cáncer es de mama.

No obstante, el cáncer de próstata es la causa más frecuente de mortalidad por tumores malignos en el género masculino. Durante el 2013, de acuerdo con cifras del IMSS, se observó una tasa de mortalidad de 6 defunciones por cada 100 mil hombres de 20 años y más. A nivel nacional, el cáncer de próstata es la causa más frecuente de mortalidad por tumores malignos, con un 16 por ciento de incidencia.

A nivel mundial, el 70 por ciento de los casos de cáncer de próstata se presentan en hombres de países desarrollados; en el 2014 se diagnosticaron alrededor de 233 mil nuevos casos, de los cuales 29 mil 480 resultaron mortales. Se estima que 6 de cada 10 casos se diagnostican en hombres de 65 años o más, en pocas ocasiones se presenta antes de los 40.

En mujeres mexicanas, el cáncer de mama es el más mortífero; una mujer muere cada dos horas por esta enfermedad. A nivel mundial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año son detectados un millón 380 mil casos nuevos y hay 458 mil decesos por esta causa.

Tan sólo en 2014, Inegi reportó que la tasa de mortalidad por tumor maligno de mama es de 15 defunciones por cada 100 mil mujeres mayores de 20 años; los estados de Chihuahua, Nuevo León y la Ciudad de México fue donde se registró el mayor índice de mortalidad, mientras que en Campeche, Oaxaca y Quintana Roo tuvieron el menor.

En las UMAA del IMSS, donde se brinda, además de quimioterapias, atención al paciente sin necesidad de hospitalizarlo, se prestan servicios de cirugía general, oftalmología, ortopedia y traumatología, otorrinolaringología, urología, nefrología, neumología, oncología médica, endoscopia, inhaloterapia, nebulización y hemodiálisis.


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