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Analfabetismo, un reto cotidiano que afecta a miles de adultos

Por Staff Códice Informativo - 02/03/2017

En Querétaro viven alrededor de 50 mil adultos que no saben leer ni escribir, condición que limita en extremo sus esfuerzos por ser incluidos en el mercado laboral

 Analfabetismo, un reto cotidiano que afecta a miles de adultos

Foto: Alam Ramírez Zalaya

Un pedazo de franela al hombro y una sonrisa que contagia buena vibra son parte del atuendo cotidiano de Jorge Zúñiga, un hombre de 40 años que trabaja como ‘viene viene’ en las inmediaciones del Hospital General. Su personalidad alegre le ha ganado, con el paso del tiempo, la confianza de la gente que trabaja cerca, a veces le piden hacer mandados o mover los coches. Jorge no sabe leer ni escribir, ni tiene empacho en aceptarlo, pero los números los conoce a la perfección y sin problema puede resolver operaciones matemáticas básicas.

Es originario de Huixtla, Chiapas, y a lo largo de la vida se ha encontrado con gente que le ha explicado la importancia de conocer los números por encima de saber leer o escribir, habilidades que, por más que lo intentó, nunca pudo desarrollar. Jorge le atribuye su situación a la pérdida de sus padres a causa de la guerrilla en esta región del país, hecho que lo marcó de por vida.

«No estudié, nunca fui a la escuela y me puse a aprender para saber hacer cuentas y poderme superar, no pude llegar a Estados Unidos y me puse a cuidar carros. Me quitaron a mis papás a temprana edad, tenía siete años y me los mataron, me quedé huérfano y me quería superar para no caer en manos de la delincuencia. No estudié porque nadie me ayudó, no tengo familia» lamenta.

A raíz de la muerte de sus papás, y al no contar con más familia, emprendió un viaje hacia Estados Unidos. En su trayecto hizo una primera parada en Veracruz, donde trabajó para juntar un poco de dinero, posteriormente llegó al norte del país y, al no poder cruzar, se quedó varado por más de 10 años en Piedras Negras, Coahuila, donde inició estudios básicos que después dejó por problemas de concentración.

«Estuve con una señora de nombre Leticia en Piedras Negras y ella fue la que me enseñó a contar, fue como mi mamá y me enseñó la importancia de saber contar porque no me entraban las letras. Esto fue cuando yo tenía nueve años, me compró un cuadernito y me enseñó», recuerda con una sonrisa en el rostro. «La muerte de mi familia me dañó y súmale el despreció de la gente, que ve muchas veces a los niños y no los ayudan a salir adelante».

Una serie de sucesos y el incremento en la inseguridad lo llevaron a emigrar nuevamente. En esta ocasión su meta era llegar a Querétaro, objetivo que alcanzó hace 15 años y para el cual tuvo que trabajar a lo largo de todo el trayecto.

Durante la entrevista, Jorge se muestra contento, deseoso de contar su historia, sin embargo al ser cuestionado sobre el trato que recibe, la sonrisa se le borra del rostro y, tras una pequeña pausa, asegura que mucha gente, al saber de su situación de analfabetismo, principalmente cuando busca un empleo bien remunerado, se burla de él, por eso se mantiene como ‘viene viene’.

Aunque su deseo es superarse, confiesa que le da vergüenza buscar ayuda, «La verdad es que sí me gustaría aprender, nadie de gobierno se ha acercado conmigo para enseñarme, yo tampoco me he acercado con ellos porque no sé cómo hacerle; yo quiero aprender, es muy necesario para que así nadie me engañe». 

 

Querétaro avanza en alfabetización

Según el delegado del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), Gerardo Helguera Ugalde, en Querétaro cerca de 50 mil adultos no saben leer ni escribir, mientras que el mayor índice de rezago se concentra en las zonas serrana y del semidesierto.

«Con los estándares que maneja la UNESCO, para que un país, un estado o un municipio pueda ser considerado libre de rezago educativo en el tema del analfabetismo, tiene que estar por debajo del 4 por ciento; en Querétaro tenemos un 3.8», sin embargo esta cifra se alcanzó apenas en 2015. Hace cuatro años el estado presentaba más de un 6 por ciento de analfabetismo; hasta octubre de 2016, se alfabetizaron a más ocho mil personas, de una meta de 10 mil.

El delegado precisó que el mayor rezago se presenta en las personas mayores de 60 años, por lo que ya se trabaja en conjunto con el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) y la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) para acercar los servicios a más personas por medio de mejores herramientas tecnológicas.

 

Problemas económicos a la vista

El 2017 se antoja difícil para el INEA, que podría sufrir un recorte presupuestal de hasta 30 por ciento. Helguera Ugalde añadió que la gratificación que otorga la dependencia a los alfabetizadores, la cual es de 800 pesos por persona alfabetizada al semestre, será la más afectada. El delegado destacó que en 2016 se contó con mil 600 alfabetizadores, número que podría descender para este año.

A pesar de la adversidad económica, el INEA realiza esfuerzos con la finalidad de que las personas puedan mejorar sus conocimientos. Es por eso que las puertas de la dependencia están abiertas a todos aquellos que quieran participar como alfabetizadores, así como a las personas que deseen aprender y superarse, y así sumar esfuerzos en contra del analfabetismo.


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