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Prevención del suicido, una cuenta pendiente en el estado

Por Staff Códice Informativo - 05/09/2016

En el mundo, cada año se suicidan alrededor de 800 mil personas. En México, tan sólo en el 2013 se registraron 5 mil 909 decesos por esta causa y en Querétaro se producen alrededor de 100

 Prevención del suicido, una cuenta pendiente en el estado

El suicidio es la decisión voluntaria de quitarse la vida. Esta determinación ha sido relacionada con padecimientos mentales, adicciones e incluso con la vivencia de experiencias violentas y altamente traumáticas, sin embargo ¿cómo es posible explicar y entender las problemáticas en torno a esta decisión que es tomada año tras año por 800 mil personas en todo el mundo?

A lo largo de los últimos 30 años, en el estado de Querétaro se han registrado más de mil 500 suicidios, así lo señala Juan Carlos García Ramos, integrante del Colegio Estatal de Psicólogos del Estado (COEPSIQUE), quien define el suicidio como un fenómeno multifactorial en donde pueden converger diferentes alteraciones emocionales con una característica recurrente: la sensación del desamor.

Expresado como el rechazo o la pérdida de aquellas personas con quienes tenemos vínculos afectivos importantes, el desamor es uno de los elementos que conforman el escenario de una persona con conducta suicida, explica García Ramos. El especialista menciona que el suicidio conlleva una situación de desesperanza, desconfianza y baja autoestima que vuelven incapaz a una persona de poder contar con los elementos emocionales necesarios para enfrentar determinadas situaciones.

«No hay una sola causa en una conducta suicida, son varios los factores que pueden estar influyendo para que una persona construya la conducta suicida que pueden ir desde los pensamientos de muerte y la inacción de la vida, a la amenaza y al intento como tal», señala.

Vivir una situación abrumadora que sobrepase al individuo en todas sus formas, es parte de la explicación que la doctora Marbella Espino Cortés, médico especialista en psiquiatría y coordinadora del área de prevención en el Centro Estatal de Salud Mental (CESAM), da a esta problemática, pues afirma que, a pesar del estigma social que relaciona al suicidio con problemas mentales o con la presencia de un carácter ‘débil’, este fenómeno involucra una serie de factores de estrés que muchas veces tienen más que ver con problemas de empleo, complicaciones económicas o de rendimiento académico. «Es un problema que ha caído en el ámbito de la salud, pero no es exclusivo de la salud (…) generalmente estas personas están viviendo una situación abrumadora, una problemática intensa la que ellos sienten o piensan que no pueden afrontar».

Juan Carlos García ha llevado un registro de los casos de suicidio presentados en el estado desde 1986 gracias a datos que le han proporcionado la Procuraduría General de la República (PGR), la Secretaria de Salud (SSA), el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y los medios de comunicación, el cual arroja que esta tendencia ha ido en aumento en los últimos años. Los números no mienten: de alrededor de 85 casos de suicidio registrados en el 2007, la cifra aumentó a 104 casos en el año 2015.

En el periodo de tiempo comprendido entre 2007 y 2013, los municipios en donde se registró el mayor número de casos fueron Querétaro y su zona metropolitana, seguido de San Juan del Río y El Marqués, principalmente a causa de la alta densidad de población que existe en estas demarcaciones, sin embargo el resto de los municipios no han estado exentos de casos de suicidio. El municipio con la menor cantidad de suicidios en el registro de García Ramos fue San Joaquín, en donde solo hubo uno en el año 2011, seguido de Arroyo Seco que presentó dos casos en 2011 y 2009.

Al respecto, Víctor Vega Magaña, psicólogo clínico y secretario del COEPSIQUE, indicó que ha sido posible detectar que los casos de suicidio acontecidos en los municipios con altos índices de marginalidad podrían estar ligados al fenómeno migratorio. Sin embargo, los tres especialistas coinciden al señalar que los factores o causas más recurrentes entre la población que presenta cuadros suicidas son de índole emocional y personal.

El CESAM ha podido identificar factores recurrentes entre sus pacientes con cuadros suicidas, en los cuales destacan los problemas de pareja, las disfunciones familiares y el consumo de sustancias nocivas. «Esas son algunas de las variables, pero con gran frecuencia vemos problemas económicos, laborales, académicos (…) esto se reporta en toda la población, no sólo en Querétaro, sin embargo sí queremos hacer una investigación mas específica para Querétaro,  porque tenemos la idea de que Querétaro pudiera ser una población en la que se junten ciertos factores de riesgo».

 

Rezago en atención de la salud mental 

De acuerdo con el último Informe Sobre el Sistema de Salud Mental en México, publicado en 2011, sólo la Ciudad de México y cinco estados de la República (Sinaloa, Nuevo León, Veracruz, Yucatán y el Estado de México) cuentan con un hospital psiquiátrico. En Querétaro según estos datos, sólo existen cinco o menos servicios ambulatorios para atender pacientes psiquiátricos.

La falta de infraestructura y de servicios, aunado al desconocimiento sobre los problemas de salud mental entre la población, así como la falta de acceso generalizada a los servicios de salud de los hospitales, son algunas de las cuestiones que han provocado un rezago en la materia y con ello han contribuido a retrasar la atención psicológica de las personas con cuadros suicidas.

Espino Cortés explica que el estigma de la sociedad, que juzga de forma habitual a una persona que presenta algún padecimiento mental simplemente como ‘loco’, provoca que se acentúe la poca familiaridad con los centros de salud y con los profesionales de los mismos. Como resultado, la población es más renuente a tomar terapias y a atenderse de forma psicoterapéutica.

Estos factores, según la coordinadora de prevención del CESAM, han derivado en un rezago significativo en el tiempo de atención psicológica para las personas con padecimientos mentales, quienes pueden tardar incluso entre quince y veinte años, en promedio, para atenderse un problema que han presentado gran parte de su vida y que sí tiene una solución.

El fenómeno del suicidio no está exento en esta situación de falta de atención, pues a pesar de que existen centros de salud en el estado como el CESAM, estos no se dan abasto para atender a todas las personas que acuden diariamente por los servicios de salud.

«Querétaro debe aumentar su oferta de servicios, sí como municipio, pero también como estado (…) se deben aumentar los servicios, no sólo con un hospital psiquiátrico, o con una sala en hospital general, sino también con atención ambulatoria, atención clínica psicoterapéutica, en donde se pueda dar consulta y asesoría a las personas», afirma Espino.

 

Falta de interés político

El rezago en el tratamiento de padecimientos mentales ha sido también en parte por la falta de trabajo a este respecto en materia de legislativa, pues, de acuerdo con Juan Carlos García Ramos, desde hace aproximadamente 35 años se han presentado intentos para legislar en la materia sin mucho resultado.

A inicios de esta administración, la Comisión de Salud y Población de la LVIII Legislatura Local anunció que trabajaría en coordinación con el COEPSIQUE para lograr consolidar una iniciativa de ley sobre el tema que contribuya a la mejora en los servicios de este rubro. Sin embargo, a pesar de los trabajos realizados, aún existe recelo entre los profesionistas de la salud mental, quienes apuntan que ha sido un proyecto que no se ha podido consolidar por falta de voluntad política.

«Es un intento más, es un trabajo de iniciativa un poco más ordenado, pero de todos modos no estamos con la seguridad de que se pueda consolidar. Esto tiene que ver con el interés y la voluntad de los legisladores, de gobierno estatal (…) esto ha sido por la poca voluntad, el poco interés de las autoridades de impulsar este proyecto», indicó García Ramos.

Víctor Vega Magaña es también miembro del Colectivo Humanitas, una organización con sede en la Universidad Autónoma de Querétaro que se conformó hace tres años con la intención de realizar una campaña para la prevención del suicidio. La campaña, llamada ‘Un Corazón por Queretaro’, fue para Vega Magaña un ejemplo de la ausencia de interés político en el tema de la salud mental y en la problemática del suicidio, pues a pesar de trabajar este proyecto desde diferentes sectores y con formaciones interdisciplinarias, con el cambio de administración, el proyecto se vino abajo por falta de apoyo.

«Estuvimos trabajando con universidades, con el sector educativo, con el sector salud, con el CESAM. Entró la nueva administración y le dieron carpetazo a ese proyecto, ya quedo en el olvido. Como asociación esperaríamos una nueva ley de salud mental (…) hacer que las autoridades volteen a ver la salud mental y se pueda retomar el tema».

En este sentido, Marbella Espino Cortés apuntó que los esfuerzos de las autoridades para mejorar los servicios de salud mental no solo deben ir encaminados a tener un hospital psiquiátrico en la entidad, pues debe existir una red de servicios de salud en donde no sólo se cuente con un hospital, también con camas en un hospital general, centros de salud integrales e inclusive albergues para aquellas personas que no tengan familia y necesiten cuidados.

El crecimiento en la mejora de los servicios de salud, de acuerdo a Espino Cortés, también deberá incrementarse en todo el estado, pues a la fecha la solución con la que cuenta el CESAM para atender a la población de las localidades alejadas de la capital es un servicio de telemedicina, el cual otorga sesiones psicoterapéuticas a través de internet desde los hospitales de las cabeceras, esto con la intención de ahorrar dinero y tiempo de traslado de las comunidades a los hospitales ubicados en la capital.

A pesar de las complicaciones, Espinosa Cortés señala que poco a poco ha habido más interés en el área de la salud mental, tanto por los ciudadanos como por los medios de comunicación, lo cual favorece a que las personas acudan a sesiones psicoterapéuticas y con esto le hagan frente a las situaciones emocionales que podrían derivar en un acto de suicidio consumado.

«Las terapias tienen que ser cada vez más eclécticas, quiero decir, que tomen de las diferentes corrientes lo que es necesario (…) todos tenemos algunos elementos de los cuales podemos echar mano, sin embargo en esos momentos que son abrumadores, pues ni siquiera se ven. No podemos enfocarnos en ellos, se trata de trabajar mucho este tema en adelante, cuando queremos hacer prevención y tratamiento».

El 10 de septiembre de cada año desde 2003 se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, lo anterior es el panorama político y de salud pública que enfrenta el estado a este respecto.


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