Robos famélicos: pasar hasta 3 años en la cárcel por no pagar un paquete de galletas
De acuerdo con el artículo 182 del Código Penal del Estado de Querétaro, un delito como el de María se considera robo y alcanza una pena de tres meses a tres años de prisión y una multa que va de los 30 a los noventa días de salario mínimo.
María es una madre soltera con dos hijos. Trabaja como empleada doméstica, pero su salario no es suficiente para cubrir las necesidades básicas de su familia.
Un día va a un supermercado, toma un producto, un paquete de galletas, verifica el precio –una suma que no puede pagar- y tras pensárselo por un momento, decide esconder el paquete entre sus cosas y escapar de la tienda sin que la vean.
El problema para María es que sí la ven. Su poca experiencia la traiciona y un guardia de seguridad se acerca, descubre el producto y conduce a María ante el gerente, quien a su vez manda llamar a las autoridades con el objetivo de levantar cargos en contra suya.
De acuerdo con el artículo 182 del Código Penal del Estado de Querétaro, un delito como el de María se considera robo y alcanza una pena de tres meses a tres años de prisión y una multa que va de los 30 a los noventa días de salario mínimo.
Como la pena total suma menos de cinco años, el artículo 88 del mismo código penal permite a quienes hayan cometido este delito salir de prisión si pagan, además, una fianza fijada por el juez encargado de conducir su proceso.
No obstante, para recibir el derecho a una fianza, es necesario cumplir con una serie de condiciones, que no sólo se refieren a la magnitud del delito, sino también a las condiciones y a la conducta que presentaba el acusado antes de ser detenido.
En este sentido, en Querétaro solo pueden recibir derecho a fianza quienes hayan mostrado buena conducta antes de ingresar a prisión y además, no hayan estado involucrados en otro proceso durante algún momento de sus vidas.
El problema es que en ocasiones, ni siquiera estas condiciones bastan para liberar a personas como María, pues el pago de una fianza se vuelve imposible y quien solamente robó un paquete de galletas puede pasar hasta tres años en prisión, generando problemáticas no solo a su familia, sino también a la sociedad, debido al gasto que supone para el erario la manutención de esta persona.
Solo en lo que va de este año, 61 personas han sido sentenciadas en calidad de “primodelincuentes”, es decir, se trata de personas que nunca habían estado en la cárcel y que se integrarán a las que ya purgan alguna sentencia en el estado, esto de acuerdo con datos del Reporte Estadístico 2015 generado por el Poder Judicial de Querétaro.
El problema es que aparte de estos 61 sentenciados, 281 personas han sido sometidas a proceso solo durante las primeras semanas de 2016.
De estas 281 personas, 44 enfrentan procesos por el delito de robo. Si no alcanzan a pagar fianza, tendrán que ir a prisión, alcanzando hasta cuatro años si el valor de lo robado excede los 200 salarios mínimos.
Para contrarrestar esta situación, algunos organismos, como la Fundación Telmex, han desarrollado programas cuyo objetivo es rehabilitar a los presidiarios y apoyar a los que han delinquido por primera vez mediante el pago de sus fianzas.
En el estado de Querétaro también operan algunas iniciativas en este sentido por parte de las autoridades. Es el caso de la Comisión de Indultos, que de acuerdo con el artículo 106 del código penal en el estado, puede indultar a los reos que hayan prestado servicios importantes a la autoridad, o bien, que durante su reclusión hayan mostrado buena conducta.
Con iniciativas como las anteriores, los primodelincuentes, que en 2015 sumaron un total de 1171 sentencias, de las cuales 379 fueron por robo, evitan pasar varios años en la cárcel y perjudicar de esta manera a sus familias y a la sociedad.
