Campaña perpetua. Diego Valadés
La construcción de la democracia electoral mexicana tiene dos grandes vertientes: estímulo y castigo. La primera correspondió a la etapa inicial que franqueó a los […]
La construcción de la democracia electoral mexicana tiene dos grandes vertientes: estímulo y castigo. La primera correspondió a la etapa inicial que franqueó a los partidos minoritarios el acceso al poder. Luego de un tímido arranque con las diputaciones de partido en 1963, se dieron pasos más ambiciosos al incorporar cien diputados de representación proporcional en 1977 y doscientos a partir de 1986.