×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




La candidatura independiente que cambió a una ciudad para siempre: Mockus.

Por Staff Códice Informativo - 10/03/2013

Durante su gobierno, Mockus no renunció a su personalidad excéntrica; en numerosas ocasiones se le vio disfrazado de superhéroe, promoviendo la asistencia social y el apoyo mutuo. Fue finalmente su personalidad la que lo consagró como uno de los mejores y más memorables alcaldes que Bogotá ha tenido en su historia.

 La candidatura independiente que cambió a una ciudad para siempre: Mockus.

Antes de que Enrique Peñalosa ocupara la alcaldía de la capital colombiana, Bogotá era considerada una de las peores ciudades del mundo. Con una población de cerca de seis millones de habitantes, la falta de infraestructura y la deficiente seguridad pública ofrecía a los bogotanos una calidad de vida que dejaba mucho que desear.

Durante su gobierno, de 1998 al 2000, Peñalosa llevó a cabo proyectos como la introducción del sistema TransMilenio -el cual marcó un antes y un después en términos de transporte público en la ciudad-, así como la construcción del Parque Tercer Milenio en el lugar donde fuera demolido El Cartucho, una de las zonas con mayor índice delictivo de la capital. Si bien estas iniciativas cambiaron la cara de Bogotá en cuanto a urbanización respecta, es importante considerar que las intervenciones estructurales de Peñalosa tal vez no habrían sido posibles sin las intervenciones sociales que Antanas Mockus, su predecesor en el cargo, llevó a cabo.

Mockus, un matemático bogotano de padres lituanos, fue rector de la Universidad Nacional de Colombia antes de dedicarse a la política. En 1993 se vio obligado a renunciar a su puesto después de bajarse los pantalones frente a un público estudiantil que no le permitía hablar en una conferencia. Sin embargo, su actitud excéntrica resultó efectiva para captar la atención de los estudiantes inconformes. Este incidente lo popularizó no sólo dentro de la Universidad, si no también fuera de ella; dicha popularidad lo llevó a presentar su candidatura a la alcaldía de Bogotá en 1994, sin ninguna afiliación partidista. El académico ganó la contienda y en 1995 asumió el cargo público. En ese entonces, la ciudad se encontraba sumida en una crisis social y de valores que derivaba en una tasa muy alta de mortalidad juvenil y un desencanto social generalizado.

Antanas llenó su gabinete de académicos que cambiaron por completo la imagen de la política local, antiguamente regida por los políticos de toda la vida. Así mismo fijó sus objetivos en aspectos como el desarrollo de una cultura ciudadana, el ahorro de agua, y el desarme total de la ciudad. Saneó la economía pública buscando recursos, en lugar de realizar obras. Lanzó campañas como «La hora zanahoria», que regulaba el horario de discotecas así como el expendio de alcohol en las mismas, o «Bogotá Coqueta», que utilizaba mimos con tarjetones en las calles para mejorar la cultura vial y reducir accidentes; éstas arrojaron resultados tan satisfactorios que legitimaron sus métodos pedagógicos aplicados a gran escala, los cuales fueron cuestionados y criticados al inicio de su mandato.

Durante su gobierno, Mockus no renunció a su personalidad excéntrica; en numerosas ocasiones se le vio disfrazado de superhéroe, promoviendo la asistencia social y el apoyo mutuo. Fue finalmente su personalidad la que lo consagró como uno de los mejores  y más memorables alcaldes que Bogotá ha tenido en su historia.

El gobierno de Antanas Mockus es un ejemplo de solidaridad social e interés en el bien común; su metodología poco ortodoxa y su actitud pragmática erradicaron la crisis moral de una sociedad, dando pie a cambios progresistas que, si bien no fueron emprendidos por él sino por su sucesor, dieron un giro de 360 grados a la capital colombiana que hoy en día es una de las ciudades latinoamericanas referentes a nivel mundial.

 

Conoce un poco sobre las iniciativas que Querétaro ha llevado a cabo para prevalecer como una de las ciudades más limpias del mundo.

 

*Todas las fotos fueron sacadas de Internet.


Otras notas



De nuestra red editorial