Zapatito de Reyes

Los “niños” de la política queretana volvieron a poner la noche de ayer su zapatito al pié del pesebre y corrieron presurosos esta mañana para ver su presente y sorprenderse, si se portaron bien, con lo que les habían traído los Tres Reyes Magos.

Y en forma casi increíble, estas peticiones se incrementan en la víspera, como ayer, del 6 de enero, como hoy, cuando está corriendo el proceso electoral.

Si bien la costumbre no se pierde, si cambiaron por ahora los nombres: A Melchor y por el PAN, ahora lo conocen como Marko Cortés o bien para Querétaro, como Mauricio con el apellido de Kuri.; a Gaspar y por el PRI, es Alejandro Moreno “San Alito” cuando localmente no tienen santo mayor a quién le recen; y a Baltazar y por Morena, lo identifican como Andrés Manuel López Obrador o bien encuentran ahí el sobre de las encuestas donde les dicen cual es su regalo.

El “niño” Agustín y de apellido Dorantes, le adelantaron que no sería sembrado como primero de la fórmula pero si logró ubicarse dentro de esta como sorpresivo número dos. Lupita Murguía, que se portara más que bien en la secretaría de gobierno, se encontró con que fue sembrada con el número uno para buscar el senado representando a Querétaro.

El niño Felifer invocó a los dos Reyes Magos que lleva el PAN, tanto a Marko como a Mauricio. Y se encontró con un enorme paquete que adentro traía su regalo: La presidencia Municipal de Querétaro, con una nota: “Deberás, pequeño, hacer una excelente campaña”. Y se aplicó en hacer rápidamente la estrategia para lograrlo. Los tiempos no son precisamente fáciles.

Con la seguridad de encontrar buen regalo, encontramos esta mañana al niño Josué David Guerrero Trápala, “Chepe” le dicen sus compañeros de escuela, porque el sobre traía el nombre del municipio de Corregidora.

Gaspar – Alito – pues, llegó tarde a Querétaro porque andaba (anda) salvando el pellejo personal por los pelos en la sopa que le anda, todavía, buscando Baltazar. Dicen que quiere responder y bien, al regalo mayor, que es el que le está suplicando Xóchitl.

Pero en Querétaro va a encontrar el nacimiento rodeado por los zapatitos que le dejaron la niña Abigail Arredondo; el inquieto e inteligente niño Paul Ospital y una larga lista de persistentes y esperanzados niños priistas a quiénes les dice que si habrá regalo. Y nadie quita su zapatito. Ahí vemos el zapatito de Juan Guevara que quiere Colón; el zapatito de charol de la niña Chela Juárez, que se empuja en la fila con Paloma Silva. Lo mismo pasa en la fila de Corregidora, donde están codazo y codazo, María Pueblito Rangel, irreconciliable tanto con la peque Shoenstatt Cabrera como con Jaír Miguel. Y entre ellos no solo hay codazos sino hasta puntapiés.

Y así en los 18 municipios queretanos. Y de los distritos locales, que les cuento.

En Movimiento Ciudadano, sin contar con rey mago nacional, los zapatitos encontraron destinatarios para el senado con el niño Antonio Ortega Cerbón para el senado, que se enoja porque el dicen Toñito. Otros tienen ya los sobres para las diputaciones federales pero, repentinamente, apareció la niña Paulina Aguado y sin decir agua va, se llevó el sobre que contenía la presidencia municipal de Querétaro. A ver como le va.

En las filas de Morena las aguas no andan tan tranquilas como se podrían pensar. Temprano, salieron corriendo el niño Santiago Nieto y la niña Beatriz Robles con sendos presentes en donde se podía leer “senado de la república”. Antier lo intuían.

Pero la fila del rey Baltazar y para la presidencia municipal de Querétaro está más que concurrida. Ahí está formado desde muy temprano el niño Arturo Maximiliano García – que viene por la revancha -; el niño Chema Tapia puso un zapatito nuevo, sin estrenar (tiene muchos pares y todos nuevos ) porque quiere también estrenarse con un codiciado cargo, la presidencia municipal de Querétaro. En esa misma fila está el niño Pepe Dolores, la niña Paloma Arce pero vino a incomodar a todos el nada dejado Armandito Rivera, que llegó hasta con porra.

Temprano, muy temprano, vimos correr por los jardines de sus casas a los niños Héctor Magaña, de Tequisquiapan; al niño ya casi adulto Rogelio Estrada Pacheco, que presumía su sobre con el nombre de Colón o bien al pequeño Gustavo Lomelí con un enorme regalo llamado municipio de El Marqués, donde se podía leer; cuídalo mucho.

Día pues este de regocijo para los niños – los reales – y de esperanzas para los adultos que juegan a la política.

Y usted, ¿Que les pidió a los Santos Reyes?