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Y… ¿dónde está el árbitro?  

Por Andrés González - 29/05/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

En Querétaro y en este fin de campaña, la “guerra sucia” ha rebasado todo lo imaginable, toda decencia. Y algunos partidos -particularmente el PRI, el […]

 Y… ¿dónde está el árbitro?   

En Querétaro y en este fin de campaña, la “guerra sucia” ha rebasado todo lo imaginable, toda decencia.

Y algunos partidos -particularmente el PRI, el PAN- están confirmando la sospecha, la creencia ciudadana de que en estos se anida lo peorcito que tenemos en la sociedad.

Así y por las declaraciones que a diario se dan y los revires que se tienen, el ciudadano -también el periodista- ya no distingue, no distinguimos, quién es el malo o quién es el peor.

La semana toda ha sido intensa en el tema. La campaña toda.

Este viernes, a escasos cinco días de que las campañas se cierren por ley y a diez días de la fecha de las elecciones, los dos partidos que se dicen grandes están empequeñeciendo por su falta de calidad moral y se ven enfrascados en una nueva andada de denuncias y acusaciones mutuas de tal magnitud que ya no sabemos a ciencia cierta quién miente más.

Es la guerra del descrédito y la descalificación.

Y así han llenado nuestras calles, nuestros jardines, la prensa toda. Hay panfletos por todas partes, apócrifos los más, denigrando al adversario. Ni modo que digan que no.

En el PRI dicen que son los del PAN. Y lo son. En el PAN dicen que son los del PRI. Y también lo son.

Ambos partidos, particularmente, se han manchado hasta decir basta.

Y luego se quejan de que el ausentismo se exprese también en la urna. Qué manera de alejar al votante.

Esto pasa cómo cuando -por ejemplo- hay dos panaderías en la misma calle. Y las dos dicen vender pan caliente, del mejor. Con el tiempo, ven al de enfrente no solo como el que vende pan frío, sino lo vende pestilente. Y una a la otra se acusa. Al paso de los días, las semanas, es el cliente quién termina por alejarse y buscar en alguna otra parte de la ciudad, algún otro negocio expendedor del mismo producto.

En la política pasa algo parecido.

Este viernes -para variar- salieron las partes a cumplir con lo mismo que han hecho durante toda la campaña. Se acusan mutuamente, se descobijan hasta decir basta, sin importarles la idea que hagan en los electores.

Con la “guerra sucia” a la queretana, lo que nos están dejando ver es que existe en estos dos partidos, una pudrición tal que vergüenza les habría de dar salir a contienda. Y ambos han tomado por asalto a la ciudad, al estado, para tratar de mostrarse menos peor que el de enfrente, al que acusan de todo, sin pensar que la saliva que sale para arriba necesariamente baja en la misma dirección.

Pero el poder que ambicionan, todo lo limpia. Ya verán.

Así, el PRI presentó denuncias ante la FEPADE y la PGJ en donde acusa a Francisco Domínguez Servién de condicionar el voto y hacer apología del delito por la entrega de tarjetas electrónicas en donde, a cambio del voto, entregará contraprestaciones en programas sociales. Y cuentan -como se dice- con el cuerpo del delito.

Pero para asombro del espectador -del ciudadano pues- el PAN hace ayer exactamente lo mismo. Ubica a José Adolfo Ibinarriaga como el autor de la guerra sucia y lo vincula directamente como asesor de Roberto Loyola. Ahora, descubren en Acción Nacional que toda la guerra sucia que aquí ha supurado, viene de este personaje, desde la presunta vinculación de Pancho -un hermano- con imaginarios narcos, hasta los nunca despejados apoyos por 30 millones de pesos por parte de un personaje del narco presuntamente inventado.

Y ambas partes, a ciencia cierta, ya no sabemos cuántas veces se acusan y se han dicho mentirosos, que es lo menos. O de locos y desquiciados no se bajan.

Ambos, siempre ven la paja ajena y ninguno nota la viga que lleva en su ojo.

Y, a todo esto, se ha preguntado usted ¿Dónde está el trabajo que ante esta avalancha de mentiras y enredos, ha dejado de hacer el Instituto Electoral del Estado de Querétaro?

Y es -fíjese usted bien- nada menos que el árbitro de la contienda.

Que sepamos, no ha sacado en esta campaña ni siquiera una tarjetita amarrilla para los rijosos, mentirosos y de todo lo que se dicen, pero ni siquiera una amonestación o convocado -como al principio tan diligente se le vio- a algún nuevo Pacto de Civilidad por parte de los presuntos implicados. ¡Qué ridiculez esto de los Pactos!

¿La pelotita se la pasarán al TEEQ, como comúnmente suelen hacerlo?

Y… ¿Dónde está, pues, el árbitro?

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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