Querétaro en el escenario mundial del turismo

José Alberto Morales Hernández
Coordinador de la Escuela de Administración Turística
Universidad Anáhuac Querétaro

Algunos especialistas aseguran que el escenario económico mundial del 2017 estará cargado de una gran incertidumbre debido a la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos. Las medidas proteccionistas a favor de la industria estadounidense desalentarán o reorientarán la inversión nacional y extranjera en naciones como México, haciendo que sectores como el automotriz tengan que revisar sus perspectivas de crecimiento en el corto y mediano plazos.

Sin embargo, hay una actividad económica que ha mantenido su crecimiento desde hace décadas, y se espera que continúe con la misma tendencia en los próximos quince años. De acuerdo con la Organización Mundial del Turismo en su Panorama OMT del turismo internacional (edición 2016), la actividad turística ha tenido un crecimiento superior al 6% del comercio mundial en los últimos cuatro años (7% de las exportaciones de bienes y servicios).

Lo anterior, le permite ocupar el tercer puesto en las exportaciones, por encima de la alimentación y la industria de automoción, y solo debajo de los combustibles y los productos químicos. Países como los Estados Unidos, China, España y Francia siguen a la cabeza en recepción de turistas internacionales, así como en ingresos derivados del turismo. Europa mantiene la hegemonía en la llegada de turistas internacionales con un crecimiento del 5% en el 2015, mientras Asia-Pacífico y América ocupan la segunda y tercera posición, respectivamente, con un 6 por ciento.

Respecto a México, el país regresó al top ten en llegadas de turistas, gracias a un espectacular 9% que en 2015 lo colocó en el noveno lugar. La asignatura pendiente sigue siendo la de los ingresos por turismo internacional (lugar 17) y la competitividad turística (posición 30, según el Foro Económico Mundial).

En el Bajío mexicano, la actividad turística ha mostrado al Estado de Guanajuato como a un exponente destacado con Ciudades como Guanajuato y San Miguel de Allende consideradas destinos de clase mundial. Además, proyectos como el Observatorio Turístico o las “Estrategias para el desarrollo del turismo sostenible en Guanajuato” (ganador del Premio de la OMT a la Excelencia e Innovación en el Turismo este mes de enero) son considerados casos de éxito dignos de emular. No obstante, en esta misma región existe un “hermano menor” con una clara vocación turística y un firme deseo de posicionarse como uno de los mejores destinos de interior de México: Querétaro.

Se ha escrito mucho sobre las ventajas de Querétaro en conectividad y cercanía con la capital del país; en presencia de atractivos naturales y culturales en sus diferentes regiones; en una creciente infraestructura turística y en productos que han logrado dar a conocer la marca Querétaro en los mercados nacional e internacional: el Centro Histórico, el Paseo de Leyendas, la Ruta del Queso y el Vino, la Sierra Gorda y Bernal, solo por mencionar algunos.

De lo que poco se escribe pero mucho se habla, es de cómo todos estos grandes esfuerzos no han sido aún suficientes para mejorar los indicadores que realmente importan: la estadía promedio, el gasto turístico, el porcentaje de turismo internacional y, en general, los criterios de sustentabilidad turística establecidos en las metodología de la Organización Mundial del Turismo y del Programa de Turismo Sustentable en México.

Ante un escenario tan competitivo como incierto, y una lucha feroz entre los destinos turísticos tradicionales y emergentes para obtener un pedazo del pastel de más de mil cien millones de turistas internacionales, lo único que nos debe quedar claro es que el esfuerzo y el entusiasmo no son ni serán suficientes. El turismo en Querétaro debería ser visto por todos los actores en una misma dirección y con sentido de largo plazo, y en el que exista la disposición de sacrificar viejas pretensiones de grupo en aras de un interés común para todos.

La política debería guiarse en la conservación y el mejoramiento de los recursos naturales y culturales de interés turístico; en la inclusión no forzada de las comunidades anfitrionas y en mejores salarios para los colaboradores del turismo (a cambio de una baja rotación y mucha motivación para ofrecer calidad en el servicio a los viajeros). Lo anterior se ha señalado ya antes, pero sirve de base para que los esfuerzos particulares se empiecen a dar a conocer con el propósito de formar alianzas que favorezcan un turismo más sustentable en Querétaro.

La Universidad Anáhuac trabaja ya en investigación turística aplicada a través de la Escuela de Administración Turística, con el objetivo de medir la sustentabilidad del turismo en la entidad y de generar propuestas incluyentes. La invitación para colaborar está abierta. Sumemos esfuerzos por favorecer a través del turismo el desarrollo, la prosperidad y el bienestar de quienes vivimos y disfrutamos el Estado de Querétaro.