Ni los ven, ni los oyen

La intolerancia, si bien es agudo síntoma de la prepotencia, también es pariente de la soberbia y la intransigencia.

Y llegó, en expresión subterránea, al mismísimo gobierno municipal de Querétaro, que más temprano que tarde, ya le pegó antes de los dos meses de gobierno.

Pero esta contagiosa enfermedad arriba en momentos definitorios para sentar las bases con las que se conduzca la autoridad municipal durante el año de 2016.

El “regalo” navideño es de parte del alcalde Marcos Aguilar Vega para el ciudadano y viene expresado en dos nuevos impuestos, que a decir de los regidores de oposición, “nos pegará a todos, pero particularmente a las clases más desprotegidas”.

Y a eso salió ayer – por primera vez – a la plaza pública el Lic. Juan José Ruiz, presidente del PRI en el estado.

El tema central es la Ley de Ingresos de este municipio.

Se trata de dos impuestos: el predial y el traslado de dominio, “pero también la creación de otros nuevos, que afectarán en forma particular a los que menos tienen; pero que particularmente afectará la actividad económica en general de este municipio”.

Fueron los regidores Francisco X. Alcocer Sánchez y Juan Pablo Cárdenas, priistas, los que denunciaron “la intolerancia que viene teniendo el presidente Marcos Aguilar”.

Y es que, a la contrapropuesta a estos dos aumentos, portadores que eran los regidores del PRI, “no nos recibió y desgraciadamente no nos escuchó”, expresó Juan Pablo Cárdenas.

Entonces, el vicio de la intolerancia se convierte en partida doble: Primero, la imposición de estos nuevos impuesto y, segundo, la no integración de los regidores – que son tan gobierno de este municipio como el propio alcalde – al no recibirlos ni escucharlos en sus opiniones sobre este tema que a todos afecta.

“El aumento de estos impuestos no tiene justificación alguna y si nos perjudica a todos”.

Y anunciaron los priistas, por conducto de Ángel Rojas, presidente del Comité Municipal del PRI, la instalación de módulos en plazas y jardines públicos a partir de hoy mismo, en donde sea el ciudadano el que levante quejas y demandas contra estas disposiciones del alcalde.

Y vendrán los amparos, a título personal o en paquete, alentados por el PRI.

Pero fue Francisco Pérez Rojas del Movimiento Territorial el que precisó en qué medida vienen los aumentos.

“Al presidente municipal, por lo visto, no le salen los números. Lo que está haciendo es una imposición”, dijo, porque a los regidores priistas no los recibe”.

Al actualizarse las tablas de valores recientes, fueron modificados los valores de los predios catastrales. Y valdrán más. Pero sostiene Pérez Rojas que nunca puede ser igual – en ese terreno de los bienes inmuebles – lo comercial que lo particular. Después, viene el aumento del valor de estas propiedades y que al aumentar, aumentará en automático, el predial. Como tercer punto, se grava también el traslado de dominio que se “pagaba el 2 % más el .25 para educación y obras municipales – que se pretendió quitar – pero que ahora quiere elevar el traslado de dominio, que es el impuesto que se causa por la venta o enajenación de cualquier inmueble, así sea este por donación y que se elevará al 3 por ciento”.

Esta afectación es para todos.

La modificación viene en la Ley de Hacienda Municipal que en el artículo 60 lo marca y que quién pagaba 3 mil 198 pesos, pagará el año que entra la cantidad de 17 mil 057 pesos en casas de interés social. En las de interés popular en las que se pagaba 9 mil 594 pagará ahora 23 mil 027 pesos. “Esa es la letra chiquita que no quiere que el ciudadano vea y que la ha puesto el presidente municipal…quién por lo visto, no es bueno para los números, como le paso con lo del helicóptero”.

Y en esa rueda de prensa, lo menos que los priistas calificaron a Marcos Aguilar, fue como “el más opaco de todos los presidentes municipales de Querétaro”.

Y en eso andan allá en el cabildo de Querétaro.

Son las primeras denuncias que salen a la luz pública, pero – ojo – estas pueden crecer.

Y esto apenas comienza. Ya Marcos sabrá si le sube de volumen.