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México debe ver al mundo musulmán como un socio estratégico

Por Eduardo Magaña - 19/01/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

A casi dos semanas de los ataques terroristas de París y con una investigación en pleno apogeo, la evidencia apunta a una conspiración internacional de […]

 México debe ver al mundo musulmán como un socio estratégico

A casi dos semanas de los ataques terroristas de París y con una investigación en pleno apogeo, la evidencia apunta a una conspiración internacional de los militantes para llevar el terror a las calles de la capital de Francia.

Hay informes de cómplices, como la viuda de uno de los atacantes desaparecida, y alertas terroristas en Bélgica, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos. Hay rastros de dinero que apuntan a Yemen, reivindicaciones de Al-Qaeda, marchas antiislámicas en Alemania y millones de voces que desde el anonimato o la plaza pública llaman a radicalizar uno u otro lado de la moneda. Pero es en estos momentos donde los gobiernos deben llamar a la calma y tratar de no polarizar a nadie, desde ninguna de las perspectivas.

Es momento de regresar al origen de la discordia y más que tratar de ver en qué somos diferentes judíos, cristianos y musulmanes (listados en puro y llano orden histórico); y aprovechar todas las circunstancias en que coincidimos y las sinergias tenemos. Se espera que la población musulmana del mundo aumente 35 por ciento en los próximos 20 años, pasando de 1,6 mil millones en 2010 a más de 2 mil millones en 2030.

Según las proyecciones de Pew Research Center, se prevé que la población musulmana crezca al doble de la tasa de la población no musulmana en las próximas dos décadas. Si las tendencias continúan, los musulmanes constituirán el 26,4 por ciento de la población total proyectada a nivel mundial de 8,3 mil millones para 2030.

El Islam es la religión dominante en Medio Oriente, Norte y el Cuerno de África, el Sahel, y algunas partes de Asia. Grandes comunidades de musulmanes también se encuentran en China, los Balcanes, la India y Rusia. En Europa Occidental, por ejemplo, el Islam es la segunda religión más grande después del Cristianismo y representa el 6 por ciento de la población total. Europa y el Occidente, siempre han convivido con el Islam, ya sea en conflicto o en paz desde el surgimiento de ésta religión en el siglo VII de nuestra era.

Habiendo vivido en Medio Oriente y el Norte de África (Líbano, Jordania, Kuwait y Marruecos) casi tres años, pude constatar las grandes semejanzas que tenemos con los musulmanes, ya sean Chías o Sunnís, las dos grandes ramas del Islam. El núcleo principal es la familia, la cual – a diferencia de lo que generalmente se cree – entrona y respeta como la figura más importante a la madre. La confianza, los grupos sociales o tribus y el wasta, concepto al que nosotros conocemos como palanca o conocido, es la manera más común de hacer negocios y asociarse políticamente.

El Cristianismo y el Judaísmo son considerados ‘parte del libro’ (o parte del Corán); en el mundo islámico tienen un gran respeto a figuras y líderes cristianos como la Virgen María y el Papa. México tiene relaciones diplomáticas con todos los países que se rigen por la Sharia o ley Islámica (interpretación del Corán – el libro sagrado del Islam).

Este 2015 tendremos vuelo directo a Turquía y a Dubai en los Emiratos Árabes; ambos países gobernados por líderes de corte religioso islámico. Mismos que han sido grandes influencias culturales y económicas en nuestra historia reciente. Turquía y los Emiratos Árabes son importantes potenciales de inversión y turismo a nuestro país; además, quién de nosotros no sueña con ir a Dubái o Estambul, por ejemplo.

Otros países de Medio Oriente y el Norte de África son potenciales socios o inversionistas en áreas que van del desarrollo agrícola, pasando por la infraestructura y la industria energética. Como en toda crisis surge una oportunidad, es momento de buscar coincidencias y sinergias con el mundo árabe y beneficiar nuestro país y nuestra economía de lo que ésta región puede darnos.

 

 

 

Eduardo Magaña

Especialista y consultor en asuntos internacionales, Presidente de la Cámara de Negocios Kazajstán-México y Delegado de KFA en el país. Con experiencia de vida en 21 países de América, Europa, África, Asia y Oceanía, lugares en que ha mantenido los más altos contactos. Ha sido también colaborador de publicaciones en Forbes, NYT y Foreign Affairs.


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