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Los retos

Por Andrés González - 02/04/2015

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

En estos días de la Semana Santa y mientras usted duerme, descansa u ora –revitalizar el cuerpo, elevar el alma– los partidos todos, sus candidatos […]

 Los retos

En estos días de la Semana Santa y mientras usted duerme, descansa u ora –revitalizar el cuerpo, elevar el alma– los partidos todos, sus candidatos a la gubernatura de Querétaro, a las dieciocho alcaldías, a las quince diputaciones locales y a las cuatro federales, hacen sus últimos ajustes a la maquinita de trabajo que este domingo inicia su recorrido en el territorio que les corresponda.

Inicia el momento de la responsabilidad política y ética de los registrados.

Es también –o debe ser– tiempos de revisión de propósitos, de compromisos claros para que la Ley se aplique, compromisos con la ciudadanía y con su conciencia,  con nadie más, de parte de las instancias electorales como lo son el Instituto Electoral del Estado de Querétaro, IEEQ;  el Tribunal Electoral del Estado de Querétaro, TEEQ;  en un comportamiento y emisión de sus decisiones, apegadas en estricto a la Ley, que busquen la certeza electoral, sean muestras claras de legalidad, de imparcialidad, equidad y objetividad, pero también de independencia, nítida y sin sospecha siquiera,  porque en estos días –usted lo entenderá y los hechos pasados lo respaldan-  el acoso del Poder puede aumentar.

Y cuidado con el manipuleo y las propuestas indecorosas que, de toda índole, se pueden recibir en estas instancias.

La vida democrática de este país y de esta entidad sigue siendo uno de los mayores retos por cumplir. Y debe avanzar y perfeccionarse en cada proceso electoral. La oportunidad y la responsabilidad para ellos, para todos, está a la vista. ¡Hagámoslo!

Para los candidatos estos días  deben ser de trabajo, de juntas y revisión de esquemas, pero también de reflexión. Hay que darse tiempo para pensar, de evitar entrar a un remolino sin fondo y hacerle frente a la campaña nada más con el “a ver qué sale”.

Los queretanos no queremos eso.

Queremos ver y oír a candidatos que contraigan compromisos, compromisos posibles no tanto con sus partidos, sino claramente  con el pueblo, con Querétaro.

Candidatos que asuman con entereza su papel, papel de trabajo, de propuesta, no de beligerancia con el adversario.

Ya no más guerra sucia, término por cierto mal aplicado, porque yo no conozco ni he sabido de alguna guerra que sea limpia. Y esta no es una guerra, es una contienda, contienda electoral donde se tienen reglas muy claras y explícitas –la Ley– y en la que  debe imperar la decencia y el deseo de servir.

Y en todos estos compromisos que habremos de oírles, no se vale eludir rezagos –que son evidentes– ni taparse los ojos para no ver la pobreza. Que se vayan olvidando de escenografías montadas, de desayunitos a modo y que estén más donde más se necesita. Que ahí con los pobres, a nadie se le dé atole con el dedo, ni se le engañe. Ellos verán como en estos núcleos todo les piden, porque todo o casi todo les falta.

Los señores candidatos saben perfectamente que el sistema educativo todo en Querétaro sigue siendo un reto; que la educación debe ser la palanca que nos impulse a mejorar en todos los campos de la vida, hasta en saber distinguir quién o quiénes deben estar en la difícil conducción política de este estado, de este país. Saben perfectamente –sabemos– que existen escuelas aquí aún en la misma capital del estado –ya no digamos en la generalidad de las comunidades rurales– que son una vergüenza por las condiciones en que están pero a las que asisten nuestros hijos porque los padres no tenemos de otra.

Este es el momento de su responsabilidad partidista pero igualmente personal con Querétaro. Que asuman su responsabilidad y claridad de pensamiento con ética, con claridad del momento social –difícil, muy difícil– que vive Querétaro, por el que pasa el país.

Que no les espanten los planteamientos que sobre inseguridad se sienten y se resienten, que por ello acepten su responsabilidad jurídica e histórica que habrán de tener, si el voto les favorece.

Entonces,  esta campaña para lo primero que deberá servir, es  que sea  para elevar la sensibilidad de los candidatos, de las candidatas,  de que vean y se den cuenta de cómo en realidad estamos; que se den cuenta que en el escritorio se arreglan muchas cosas, pero que es la realidad, la lacerante realidad, la que los convenza y mueva a ser efectivos y probos en el ejercicio del gobierno.

Los ciudadanos esperamos que no se den ni paseíllos ni recorridos triunfales anticipados. Sus recorridos deberán ser de trabajo y de compromisos posibles pero muy claros, no de promesas “busca votos” que suenan más falsos que una moneda de dos pesos. Y las promesas por lo regular, ya lo hemos visto, poco o nunca las cumplen.

Los compromisos, al menos, son un acicate.

Los ciudadanos queremos que los señores candidatos piensen bien lo que van a decir, porque todos los que estamos de este lado -usted, yo, todos– les podemos reclamar. Y con los avances de la tecnología, de los celulares, todos, absolutamente todos, en eventos públicos, estarán expuestos a que los graben, en voz, en video. Y estos pueden ser elementos y testimonios, herramientas pues, de reclamo ciudadano a la promesa dada, a la palabra no cumplida.

Ya no queremos, por favor, a que nos vengan a endulzar el oído ni con nos traten de convencer con baratijas de campaña. Por eso las regularon, para impedir que se medre con la pobreza y las necesidades de la gente.

Queremos, señores candidatos, que nos trate como adultos que somos, no como niños a los que pretendan engañar.

Claridad señores y sensibilidad social.

El año entrante será más difícil que este y los recortes  afectarán e incidirán en todo y porque el pulguero de la inseguridad se habrá de alebrestar en los estratos más pobres y desprotegidos.

Si José López Portillo dijo en una ocasión y hace ya varios ayeres, que “los mexicanos todos debemos prepararnos para administrar la riqueza, la abundancia”  por los elevados precios que iba a tener – y que se equivocó – el petróleo, ahora los mexicanos pero particularmente la clase política debe aplicarse, prepararse, para saber administrar y repartir la pobreza.  Porque riqueza no se avizora.

Esa es su responsabilidad histórica.

¿Qué acaso señores candidatos no ven, no sienten que el país se nos está yendo por la borda?

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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