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Los aspirantes a Rectoría en la UAQ (primera parte)

Por Andrés González - 24/05/2017

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

A poco más de cien días de que oficialmente arranque el proceso para elegir al próximo Rector de la Universidad Autónoma de Querétaro, este Centro […]

 Los aspirantes a Rectoría en la UAQ (primera parte)

A poco más de cien días de que oficialmente arranque el proceso para elegir al próximo Rector de la Universidad Autónoma de Querétaro, este Centro Educativo está ya convertido en un hervidero de intenciones para ocupar la silla que hoy ocupa el Dr. Gilberto Herrera Ruiz.

El proceso de sucesión se inicia “extraoficialmente” luego de que Rectoría da su Quinto Informe – si existió reelección – y este se dio, usted lo recuerda, en aquella histórica sesión pública cumplida al pie de ventanal del Palacio de Gobierno, en plena Plaza de Armas, justo cuando las posiciones entre Rectoría y Gobierno del Estado, estaban más que tensas. Por los asuntos de los dineros.

Y en una osada jugada y respaldado por la generalidad del estudiantado de todas las facultades, fue cuando ese 16 de febrero del año que corre y en una actitud que es mezcla de reto y temeridad, va y le dice más recio que quedito al Ejecutivo un ofrecimiento no muy común y mucho menos ordinario que lo haga un Rector: “Yo quiero ofrecer al Señor Gobernador que si le da a la Universidad el presupuesto que se comprometió, yo le firmo que no aspiro ni aspiraré a ninguna contienda política por ningún partido”.

Pero los dos sindicatos universitarios, el STEUAQ y el SUPAUAQ, no estaban por esta vez, con su rector, por el mareo que da el poder, por los excesos y atrocidades cometidas contra estos por don Gilberto.

Y van justo también cien días de esa “oferta” al Ejecutivo y, hasta donde se sabe, ni Gobierno del Estado ha entregado la cantidad de recursos como los quiere el singular rector, ni se ha avizorado, seguramente porque no son los tiempos aún, que Gilberto haya retirado candidatura política alguna de ninguna institución partidista.

De esta novela no se ha dado el último capítulo.

Pero el proceso sucetorio de Rectoría arranque oficialmente en algún día del no tal lejano mes de septiembre de este 2017, que es la fecha en la que, en reunión del Honorable Consejo Universitario, se declara inamovible y se constituye en Consejo Electoral para formar una Comisión Especial que emite convocatoria y que no son otra cosa que las reglas bien claras, definidas en forma, manera, fechas y hasta horarios, para iniciar campañas internas y alcanzar la Rectoría.

Y de septiembre a octubre y parte de noviembre es cuando, oficialmente, se desatan las contiendas internas, los nombres y los procesos de votación a urna cerrada, que deben cubrir tanto las escuelas adscritas a esta, como cada una de las Facultades y cuyo resultado será llevado por cada escuela o facultad, a esa sesión que dirime al nuevo Rector. En el mes de noviembre la UAQ tiene ya Rector electo.

Es pues, una democracia representativa y no el ejercicio de una votación directa, personal la que se practica en la UAQ.

Así, todos los centros educativos – escuelas y facultades – tienen representación en el Consejo Universitario en cuatro de sus miembros que llevan y representan el sentir de lo votado en los procesos internos, que es el parecer de los estudiantes y de los maestros.

La UAQ está ubicada por derecho propio, en una de las instituciones de educación superior mejor calificadas a nivel nacional y cuyo número de estudiantes supera hoy los 29 mil.

Entonces, ser Rector de la UAQ no solamente es una distinción enorme para quién tiene el cargo, sino que se convierte por ello en una voz autorizada, de alta calidad moral que el cargo le da, para opinar en cuestiones de educación pública o que son trascendentes para la comunidad universitaria toda, pero igualmente autorizadas para emitir opiniones en casi cualquier tema de interés de la ciudadanía, incluyendo las políticas.

Por eso es que la Universidad es no solo semillero de excelentes profesionistas en la universalidad del conocimiento – ofrece 81 posgrados, 69 grados y 15 doctorados – sino también es que de esta “Alma Mater” han salido propuestas serias, capaces, precisamente por su preparación, educación y atributos de alta calidad moral, para cargos públicos, desde el Gobernador, alcaldías, senadores y diputaciones tanto locales como federales. El actual Gobernador del Estado es egresado de la UAQ.

El Rector actual no ha exentado esa tentación ni agotado esa posibilidad.

Así y a cien días de que “oficialmente” arranque el proceso de sucesión rectoral, los nombres que se oyen, se les ve y que a la chita callando están buscando el cargo de Rector para posesionarse ante el alumnado y los maestros de las diferentes facultades y escuelas, está dividido, en apreciación muy personal, en dos bandos: los oficiales que son alentados y hasta apapachados por el rector y los llamados libres.

Aquí les diremos quiénes son unos y quienes son otros.
(Continuará).

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


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