×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




Las “increíbles encuestas” de Morena

Por Andrés González - 19/12/2020

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Lo del “destape” –que encuesta ni que nada– de la queretana Celia Maya, carta del presidente no de Morena, vino a inquietar a la clase […]

 Las “increíbles encuestas” de Morena

Lo del “destape” –que encuesta ni que nada– de la queretana Celia Maya, carta del presidente no de Morena, vino a inquietar a la clase política queretana, a lograr desacuerdos mayores dentro de su propio partido y a reprobar, por propios y extraños, las increíbles encuestas que viene haciendo aquí y ese partido, abriéndole las puertas del descrédito ciudadano cuando ya corre este proceso electoral del 2021.

Y se cimbraron las redes sociales al grado de la ofensa –que nadie lo merece, menos una dama– para invadir esferas y decisiones colaterales en el resto de los partidos políticos.

Con esto, las encuestas de Morena, que nadie sabe a quién se le hacen ni se conoce la casa encuestadora, ni los números siquiera, sino que vienen a ser decisión del Espíritu Santo, entrando y por ello a un nivel de total descrédito, no solo aquí en Querétaro sino en la generalidad de los estados – y van cinco – donde, con la mano en la cintura, se anuncian sus candidatas.

El “sospechosismo” comenzó desde la misma encuesta nacional que hizo este partido y que, con la complicidad del INE, dilucidara a su dirigencia nacional. Ya para entonces, las manos del poder metidas hasta la cocina de las dos instituciones –INE y TEPJF– se comenzaba a evidenciar y se vino a confirmar, ensuciándolo todo, con la revuelta del magistrado José Luis Vargas Valdés, el “magistrado billetes” que logró la indefinición de este tribunal por la paridad de género. Y el remolino ahí soltado aún no se detiene.

La “encuesta” de Morena para dirimir su dirigencia nacional comienza en el mes de octubre, método sugerido por el presidente a “su” partido. Y la hacen. El primer resultado, dado a conocer por el INE, es un salomónico empate. Si, en una encuesta de alcances nacionales salen empatados Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado. Bendito sea Dios.

Y se dan los primeros berrinches, en ese mismo mes, de parte de don Porfirio Muñoz Ledo cuando señala que irá “con todo” para defender su victoria. En eso estaba cuando desde la esferas del poder se anuncia nueva encuesta para borrar ese “empate”. Y el coraje se la pasa a Porfirio como por arte de magia.

Y gana Mario Delgado, al son de 58.6 por ciento, llevándose a su rival, Porfirio, en más de 17 puntos. Era el 24 de octubre. El INE avisaría al Tribunal del resultado. Y don Mario hasta “decálogo” presenta para reposicionar a Morena en el país. Hoy y con esto de las “encuestas” podría salir el segundo decálogo.

Y comenzando este mes de diciembre –vergonzoso para Morena– salen las convocatorias a registro para quienes aspiren a gobernador. Sería el sábado 5 en la capital del país. Todavía el miércoles anterior Celia Maya no había decidido su inscripción, porque conocida su disciplina con el presidente –reconocido gesto– su decisión no la tenía lista y esperaría una “indicación” de su parte para hacerlo. Así de disciplinada es “la tía Celia”. Cuando fue a registro, los que la conocen tenían el presagio de que el presidente ya le había indicado inscribirse. El resto es la historia usted ya conoce, también el desencanto que su “destape” provocó al interior de Morena. Bueno, con decirle que ni siquiera Ángel Balderas se la pasó. Y los desacuerdos, en todos los sentidos, siguen.

Pero no confundamos. Son desacuerdos no por el hecho de que sea una dama, ni siquiera por Celia misma, sino por las “increíbles encuestas” que está realizando la dirigencia nacional, en una carrera que comenzó con el año con Santiago Nieto; siguió con el senador Gilberto Herrera, que también se inscribió. Y lo cierra Celia Maya con su “destape”.

Y Morena pasa en Querétaro del segundo lugar en la lucha por la gubernatura, a un tercer sitio. Y esto sin necesidad de encuesta alguna.

En el PRI.

Así, este partido se trepa a un segundo lugar por alcanzar el ejecutivo estatal. Bastaría ver los memes, las opiniones por las redes sociales, que a todo mundo nos llegaron.

Y el PRI atraviesa en estos momentos, en una algarabía interior que lo lleva a apresurar las listas para el proceso, que debe comenzar con la emisión de sus convocatorias –tal vez sea el 28 de diciembre– para parar todas sus propuestas. Ahí, sigue vigente el enredo que les dejara el TEPJF por esto de la paridad de género. Y al resto de los demás partidos.

Lo que se oye en “radio pasillo” del Comité Ejecutivo Nacional, es que a José Eduardo Calzada Rovirosa se le convenza de venir a Querétaro para apostar por el voto a su partido –la generalidad de los ex gobernadores de otros estados, lo están haciendo– y se anime a “talachar” el voto de mayoría relativa en un distrito electoral federal de Querétaro. Y hasta le dan a escoger. Así, podría ser el tercero – donde se podría encontrar con otro ex gobernador, Ignacio Loyola Vera o bien al Lic. Alfonso Rodríguez, que está haciendo la puja en el PAN – o irse a caminar la legua en el IV Distrito, donde seguramente se encontraría a “Felifer”. Esto y allá en el CEN, se podría tener hoy mismo humo blanco.

La inesperada presencia de Celia Maya, vino a inquietar no solo al interior de Morena, sino que alcanzó también a los otros partidos. En el PAN la alegría se generalizó.

Vamos a esperar como “recompone” Morena la incredulidad de su militancia por sus propias encuestas, porque la opinión en la generalidad de los ciudadanos, va a ser sumamente complicado.

La democracia interna de los partidos, es una comida de muy fácil indigestión.

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


Otras notas



De nuestra red editorial