La revancha

El municipio de Ezequiel Montes – donde termina la altiplanicie e inicia el semi desierto queretano – es la confluencia también de las más diversas expresiones partidistas, desde que comenzó la alternancia en el año de 1997, al grado que a esta fechas, este municipio ha sido gobernado en ocho períodos por cuatro diversos partidos políticos: El PAN con dos; en PRI con cuatro; el Partido Verde con uno y Morena con otro. Este último es el partido en el gobierno.

Con la pre campaña ya caminando, todos los partidos se aprestan a la disputa: El PRI viene por la revancha; el PAN que intenta reverdecer laureles; el partido Verde quiere demostrar que tiene ahí presencia y Morena, refrendar su triunfo.

Los pre candidatos ya se asoman.

El Partido Revolucionario Institucional ya registró como a su precandidata a la maestra Luz María Quintanar Vega, que fuera ya presidenta municipal en el trienio 2015, 2018.

En el PAN se está esperando la aparición de la convocatoria – que será ya en cualquier momento – y se escucha como posible abanderada a Lupita Pérez, que quedó a muy pocos votos de la actual presidenta municipal, a 87 votos para ser exactos.

El Verde, partido que viene con nuevos ímpetus, está igualmente en las vísperas de emitir su convocatoria.

Y en Morena, la actual presidenta Elvia Montes Trejo, no termina por decidirse si repite o claudica, dado el enorme costal que viene cargando por el ejercicio de un muy mal gobierno. Y ahora es cuando le pesan muchos las decisiones equivocadas.

Por estas comenzamos.

Con una diferencia tan reducida, la nueva presidenta municipal debió iniciar por convocar a toda la población, a sumar esfuerzos por un nuevo Ezequiel Montes. Pero no, inició haciendo justo todo lo contrario. Los delegados tanto de Bernal como de Villa Progreso llegaron al cargo por una imposición, en lugar de una elección democrática. En el ejercicio de la responsabilidad de ambos delegados, la situación se atirantó. En Villa Progreso le llegaron inclusive a tomar el edificio de la presidencia para remover a que esta señora había impuesto. Corría apenas el tercer mes de su gobierno.

En ese mismo mes, de diciembre del 18, la señora presidenta – sin mediar consulta o acuerdo del cabildo – se le ocurre disponer de un cobro por el ascenso a la Peña de Bernal comenzando a entregar, además, recibos no oficiales y que no eran otra cosa que pedazos de libreta que no llevaban ninguna leyenda de tesorería municipal.

Pero venía todavía la cuesta de enero, cuando se deben pagar varias contribuciones al municipio. Las licencias al comercio fueron las más sonadas, porque abrió con un incremento no negociado con nadie. Por esos días, mandó cerrar la chatarrera conocida como “El Venado”, cuyo propietario había sido novio de una de las hermanas de la alcaldesa. Y no le cumplió, ejerciendo el poder público con un asunto meramente familiar. Y otra manifestación.

En Bernal, el Pueblo Mágico que ha hecho despegar a la hotelería – suman ya casi 180 establecimientos de este tipo – decide ahí, unilateralmente incrementar las licencias municipales, llevándose de paso las espuelas a ramo restaurantero. Y otra manifestación en contra.

Pero de toda las ocurrencias de la dama, el que mayor dolió fue el impuesto a los ganaderos por venta de cabeza de ganado, del cual ella misma forma parte. La mayor parte de ganado vacuno de engorda va hacia la capital del país.

Es cuando se da la renuncia, casi consecutiva, de varios funcionarios de primer nivel. No aguantaban ya a la dama. Y el pueblo, menos.

Lo peor del caso es que dividió a la burocracia municipal, pues puso – así, literal – a su “gente” a espiar a quiénes no estaban con ella, exigiéndoles informes semanales.

Para no hacer la historia tan larga, a últimas fechas se ha distanciado con sus propios regidores. Todo esto sin contar los escándalos por presunto narcomenudeo que practicaba su propio director de seguridad municipal, al grado de que el gobierno del estado hubo de tomar el mando de la policía municipal. Y todavía se lo lleva a ese director de seguridad municipal, como su director de gobierno. Habrase visto.

Por todo esto es que le está pensando en su registro para repetir en la alcaldía.

Por todo este mal gobierno, es que el PRI postula a la maestra Lucy Quintanar Vega que ya había tenido la misma responsabilidad en el trienio 2015, 2018.

Aquí y en este partido, dicho sea con toda honestidad, volvió a imponerse la paridad de género. Así, con todo el respaldo de su esposo, el contador Martín Vega Vega, ambos vienen por la revancha política, en un trabajo que no es de ahora ni siquiera de los últimos meses, sino desde el año 2006, cuando Martín alcanzó la presidencia municipal.

La pareja pues – Lucy y Martín – tienen pues al menos catorce años trabajando y apoyando las demandas sociales.

Y mientras la maestra Lucy ya está en precampaña recibiendo muestras de apoyo de los y las militantes de su partido, la actual presidenta municipal sigue recibiendo reclamos de todo tipo en cantidad tal que se ha puesto a dudar sobre si se registra o no.

Y cosa curiosa. Las personas de Ezequiel Montes quieren que lo haga, pero para demostrarle en la urna, el rechazo que le han hecho público en las manifestaciones callejeras.

La revancha sigue en pie.