×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




La chimoltrufia en la política

Por Andrés González - 11/02/2016

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Los proyectos – personales, políticos – pueden y deben tener enmiendas, rectificaciones en la vida. Es el cambio de pareceres y se hacen por lo […]

 La chimoltrufia en la política

Los proyectos – personales, políticos – pueden y deben tener enmiendas, rectificaciones en la vida. Es el cambio de pareceres y se hacen por lo general para mejorar, no para empeorar la situación.

Menos variables deben ser, en lo relativo a la persona, los llamados “proyectos de vida” – o en singular – que en realidad deben de tener pocas – considero – o ninguna variación.

En lo que desde hace buen rato no se ve con claridad o no la suficiente, es el “Proyecto de Nación”, del que deben de ser luz nuestros líderes, los que llevan las riendas de este país y que llegaron a ese sitio de privilegio por la voluntad de una mayoría.

Y pareciera que estos – los que están – no la tienen, como tampoco y por desgracia no la enseñaron o no se les notó, los pasados… y los pasados…y los pasados.

Pero eso se entiende menos, cuando – por ejemplo – los diputados de algún partido actúan en posición encontrada a lo que hizo no hace unos años, sino a lo que definió hace unas cuantas semanas.

Y de estos ejemplos tenemos muchos.

El más cercano nos lo están dando los diputados de la bancada del Partido Revolucionario Institucional, que hoy deciden un comportamiento, cuando apenas haría unas semanas, hicieron exactamente, lo contrario.

Para no enredar tanto la madeja, este miércoles en su conferencia nos vinieron a anunciar, por boca del diputado priista Jesús Llamas, sempiterno líder cetemista local – en donde no deja los hilos sueltos, eh – una iniciativa que reforma la Ley de los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado y de los Municipios, en donde instaura el “no derecho a jubilación los diputados, los regidores, los presidentes municipales, los miembros del gabinete, el gobernador del estado, además de algunos titulares de dependencias gubernamentales”.

Hasta ahí todo va bien y argumentaron – bien todavía – que la iniciativa se hace con el fin de “no colapsar las finanzas del estado”.

Sin embargo, en la práctica – y particularmente estos diputados del PRI – han venido haciendo todo lo contrario del “parchecito y el remedio” que ahora proponen.

Porque sucede que cuando el PAN propuso las reformas a este ley, particularmente las que incidían en los asuntos de la jubilación y las pensiones por vejez y muerte, esta fracción las votó en contra, en aquella histórica sesión realizada en el Teatro Metropolitano, precisamente porque trabajadores del Sindicato de Gobierno tenían sitiado el flamante edificio del Congreso.

Es más, hace unos cuantos meses – cuando estaba por concluir sus tareas la LVII legislatura – fueron diputados de esta misma fracción los que arroparon y aprobaron la jubilación de uno de los diputados que navegó con bandera muy a modo con el poder. Ahí están las votaciones en donde los del PRI le dieron el voto para que, precisamente, se jubilaran al menos dos diputados de esa legislatura.

Hoy – tal vez no tardíamente – enmiendan la plana.

Y vuelven a dar bandazos, porque entonces – la gente, la prensa, ya ve como somos de mal pensados – creemos que no existe un “proyecto de partido”, que estos señores, nuestros diputados, son acomodaticios del poder o bien, como dijo Jesús Llamas, “eran otras las circunstancias…y otras las leyes”.

E incluyó también – hágame usted favor – a los magistrados, “que tienen un salario tan alto”. El niño ya se ahogó, don Jesús.

Tardía y acomodaticia – si bien siempre necesaria – su definición.

Pareciera que no se tiene pues, “proyecto de partido”.

Andrés González

Periodista de toda la vida, egresado de la escuela Carlos Septién García, catedrático en la Universidad de Guanajuato, analista político en radio y prensa escrita, además de Premio Estatal de Periodismo en el 2000.


Otras notas



De nuestra red editorial