Entrecruce generacional priista

La primera reunión resultó, digamos…..todo un éxito.

Muchos de ellos, todos priistas VIP, no se habían saludado desde aquél olvidable julio de 2018.

Esta vez no los congrega candidaturas, que todavía están muy lejos; tampoco algún líder en especial, porque casi todos lo han sido; sino que fue la institución la que, con motivo de los 90 años de su fundación, los hace volver a juntarse, en lo elemental, en la identificación de su origen partidista. Siquiera.

Es el reencuentro más claro de la inteligencia con la dignidad partidista; aquella abunda, seguro; y ésta, más que a menudo, se esconde y escabulle.

Ideólogos del PRI queretano, líderes en funciones, diputados locales, la diputada federal, aspirantes que no llegaron, los que sí fueron pero no llegaron, están ahora ahí. Las divisiones parecen dejarse por un momento de lado…las de ayer, las de ahora mismo. Heridas que no terminan por sanar.

Candor y presencia política efectiva se juntan; intereses encontrados que, dejados a la entrada de la puerta, ya adentro del salón no se notan.

Juntas que parecían imposibles, ahora lo son. El entrevere generacional es evidente.

Es el digno saloncito de los trabajadores del Seguro Social donde se juntan, en Pie de la Cuesta y en una de las colonias, San Pablo 2. que alguna vez les dieron la victoria a este PRI. Son algo así como doscientos cincuenta militantes, de los cuales doscientos son de la base. Y tal vez solo cincuenta líderes locales del PRI. Ahora, se da el rencuentro con la base de la que tal vez nunca, se debieron de haber alejado.

La reunión la convoca la diputada federal Mary Alemán, pero la hacen posible Marco Álvarez Malo, Juan José Ruiz Rodríguez, Héctor Guillen y Manuel Pozo. También Marco Antonio León Hernández y Lalo Carrera; Mario Calzada y Hugo Cabrera; ahí están como en los buenos tiempos Pancho Herrera y Héctor Parra; también Chela Juárez y Noemí Diez Marina; Juan Pablo Cárdenas Palacios y Fausto Foyo; Ricardo Ortega y Ernesto Luque. Abigail Arredondo y Lupita Cárdenas Molina.Y todos se saludan… todos ellos y muchos más, hicieron posible este reencuentro, con su presencia, unidos en lo esencial, distanciados por los procesos electorales pero cercanos al vetusto árbol que de 90 años, les sigue dando sombra a todos, comenzando por la militancia. También los que sueñan, aún; los que soñaron y hasta los que pensaron que soñaban, ganando cuando otros perdían.

Esta fue la única celebración que se tuvo en la capital de Querétaro por motivo del aniversario del partido; si se recordó en San Juan del Río, pero aquí no hubo más.

Y es que las heridas aún no cierran.

“´Tú, yo, es el PRI” fue el título de esta reunión. A medio salón, se había colocado una emotiva mampara que adornaron con el letrero de “90 Aniversario”. La habían llenado con camisetas de pasadas campañas, la de Meade, de la misma Mary Alemán – diputada que trajo a todo su joven equipo de trabajo – de Roberto Loyola, de Manuel Pozo, todas de cuando fueron candidatos.

Y no se dio ningún discurso, para no hacer más a nadie, para no hacer tampoco menos a ninguno. Todos los ahí presentes, en un mismo nivel. No se montó ni presídium ni mesas especiales. Los líderes priistas se sentaron con su militancia, conforme iban llegando.

Y todos – o casi todos – se fueron mesa a mesa para saludarlos. No faltaron las selfies ni los efusivos abrazos. Son los militantes que no reniegan. Los que ahí, al pie del cañón, siguen leales a su partido, en el que militaron sus padres, su abuelos y tal vez ahora, alguno de sus hijos.

El PRI sigue caminando.

Y a este tren se suben los que así lo desean. Nadie- que se sepa – está a la de fuerza.

Ahora, depende de todos el que vuelva a tomar su ritmo.

Y de nadie más.

Ya caminan los intentos por hacerlo.

Este, el del sábado, fue uno de ellos.

Si es posible recomenzar. Si voluntad tienen.