El deber de informar; la cortesía de agradecer

El hecho, inusual, sorprendió a los casi cuatrocientos asistentes.

Es el tercer y último informe del diputado Alejandro Delgado Oscoy.

Si el informar es un deber  -deber constitucional- el agradecer es una cortesía aparte que te da categoría, clase.

Distingue a quien la recibe y enaltece a quien lo otorga.

Sucede que en la parte final del informe de Delgado Oscoy, cuando este había dado un relatoría pormenorizada de sus realizaciones –que no fueron pocas– dijo que “es tiempo de informar…pero también de agradecer”.

Y comienza –como debe ser– agradeciendo a su familia, a su esposa, a su hija, a sus padres, a sus suegros.

Lo hace con su partido, Acción Nacional; a sus compañeros de la LVII legislatura; a los queretanos que “me acompañaron en esta responsabilidad y que me recibieron en sus casas”, pero sorprende a propios –más a propios que a extraños– que ese agradecimiento lo extiende explícita y públicamente a su equipo de trabajo.

Comienza con su secretaria, con Leo, una menudita pero atenta persona que le ha acompañado a lo largo de estos tres años de su responsabilidad. Esto ruboriza a la gentil Leo y si en un principio se oponía  a subir al estrado, a insistencia del propio diputado es que termina por hacerlo.

Pero vinieron más. Uno a uno los fue enunciando por su nombre. Leo ya no se sentía tan sola. Y superaron los 25 colaboradores directos.

Y es que, como se dice, “las segundas manos tienen que ser de primera”.

Este fue el caso.

Delgado Oscoy es uno de los pocos diputados –y eso que son 25– que ofrece un tercer informe. “Siempre lo he hecho…también ahora”.

Del resto, pocos –ha trascendido– son los que se apuntan.

En punto de las 12:00 entra en solitario al flamante salón de la nueva Sede del Congreso Local. Sin prisa y con evidente agradecimiento, va y saluda de mano a todo el lunetario.

La Banda del Estado había amenizado el preámbulo. Los tiempos -y también el trato- cambian.

Estamos en la antesala del ascenso del Partido Acción Nacional al poder.

El Salón del Pleno, lleno en su totalidad, también era estrenado para un informe de un diputado.

A los costados del presídium, dos enormes banderas, dos enormes pantallas; cinco arreglos florales. El diputado no había dejado suelto detalle alguno. Un día antes, personalmente checaba todos los pendientes. Y los invitados. Y la disposición de las sillas.

Él presidía la sesión informativa. A su lado, el presidente de la LVII legislatura. Estaba ahí la senadora Sonia Rocha Acosta, que en el senado ocupa el lugar que dejara Pancho. También el diputado Salvador Rosas Quintanilla, presidente de la asociación nacional de legisladores de Acción Nacional. Y José Báez, el presidente estatal del PAN.

El informe, novedoso en su diseño, alternó voz directa y videos diversos.

Alejandro Delgado Oscoy, a lo largo de sus 15 años de servicio público, de legislador –dos veces diputado local, también ya diputado federal, todas ganadas en la urna– se ha distinguido por ser un político primero cortés, pero también fino y responsable.

“Me siento orgulloso de contribuir en el desarrollo de Querétaro”, rubricó.