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¿Cuál es el lado positivo de la guerra comercial para México?

Por Expertos TEC - 13/03/2025

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

Forzado por las circunstancias, México está explorando nuevos mercados y productos para exportar, desde aguacates y mangos hasta servicios como almacenamiento de datos, algo que ya está ocurriendo

 ¿Cuál es el lado positivo de la guerra comercial para México?

Aunque pueda parecer difícil verlo, hay razones para pensar que la actual guerra comercial iniciada por la Casa Blanca de Estados Unidos podría traer beneficios inesperados para México. La diversificación de la economía es una de ellas. Forzado por las circunstancias, México está explorando nuevos mercados y productos para exportar, desde aguacates y mangos hasta servicios como almacenamiento de datos, algo que ya está ocurriendo. Depender menos de Estados Unidos podría hacer al país más resiliente a largo plazo.

Otra consecuencia positiva es la posibilidad de atraer inversión extranjera a estados que podrían sufrir despidos debido a la guerra comercial, como ha ocurrido en Ciudad Juárez. El estado de Chihuahua, por ejemplo, cuenta con infraestructura para maquiladoras industriales y con una fuerza laboral leal y capacitada, lo que podría convertirlo en un destino atractivo para nuevas inversiones, quizá en el sector energético, con un enfoque en energías renovables. Además, si el gobierno federal logra evitar la polarización política y trabaja de manera pragmática, el país podría fortalecerse internamente. Un marco legal más transparente y menos politizado sería clave para inspirar confianza en los inversionistas extranjeros.

El desenlace de la guerra comercial podría tomar distintas rutas. En el mejor de los casos, los aranceles podrían reducirse pronto, beneficiando a consumidores y productores en ambos lados de la frontera. Si esto no ocurre, México tendrá que adaptarse, buscar nuevos socios comerciales e invertir en su infraestructura, algo que podría dar frutos en el mediano plazo. El peor escenario sería una crisis económica en el corto o mediano plazo, con desempleo y quiebras, pero incluso en esa situación surgiría una presión para modernizar y reformar políticas económicas que han sido postergadas durante décadas.

A nivel internacional, otros actores han respondido con medidas similares. Canadá y la Unión Europea han impuesto aranceles retaliatorios a productos selectos de Estados Unidos y han amenazado con más restricciones si la política comercial de Washington no cambia. Sin embargo, los europeos han señalado que están dispuestos a eliminarlos en cuanto haya un cambio de postura. Este tipo de estrategias muestran que las guerras comerciales pueden ser pasajeras y responden a intereses políticos más amplios. En el caso de México, la relación con Estados Unidos es más compleja porque no se limita al comercio: también está entrelazada con temas migratorios, seguridad, el crimen organizado y la crisis del fentanilo. Esto hace que una respuesta meramente comercial sea inviable y que se requiera una estrategia integral.

Sin embargo, hay una ventaja clave que podría jugar a favor de la región: la integración de las cadenas de suministro. En la actual competencia comercial y tecnológica con China, Norteamérica tiene la oportunidad de fortalecerse como bloque económico, algo que beneficiaría tanto a México como a Estados Unidos. Al final del día, esa fue la razón de ser del T-MEC y de su antecesor, el TLCAN. En los años 90, la competencia global se percibía entre Norteamérica y Europa; hoy, el escenario ha cambiado y la rivalidad principal es entre tres polos: Norteamérica, Europa y los países BRICS, con China a la cabeza.

En esta nueva configuración global, México está geopolíticamente ubicado en la región de Norteamérica, lo que marca la pauta de su desarrollo económico, pero no lo determina por completo. Existen oportunidades para que el país refuerce su posición, diversifique su economía y reduzca su dependencia de cualquier actor individual. Quizá la guerra comercial sea la sacudida necesaria para que México transite hacia un modelo económico más robusto y sostenible a largo plazo.

Krisztina Lengyel, profesora de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del TEC de Monterrey, Campus Querétaro
Correo: klengyel@tec.mx

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