×

Busquedas Populares


×

Opinión



Secciones




C.C.P. Gerardo Esquivel Hernández, futuro secretario de Egresos

Por Arturo Maximiliano García - 24/09/2018

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Códice Informativo, y solo son responsabilidad del autor.

La violencia, poder de la delincuencia y la falta de autoridad, también inhibe el gasto de los consumidores y provoca la quiebra de miles de negocios en México.

 C.C.P. Gerardo Esquivel Hernández, futuro secretario de Egresos

Llegó la gira de agradecimiento de Andrés Manuel López Obrador, quien después de haber arrasado en la elecciones adoptó una postura conciliadora, de amor y paz, igual con los empresarios con quienes tuvo grandes enfrentamientos, como con personajes que habían sido sus oponentes tanto electorales como políticos. Pero cuando el presidente electo tuvo que salir a reencontrarse con la gente que mayoritariamente le dio el triunfo, declaró al país en bancarrota. Lo peor es que de alguna manera quizá sí lo esté.

Si bien no estamos en la situación de otros países, por ejemplo Venezuela y Argentina, uno de izquierda y otro de derecha, por aquellos que crean que es tema de geometría política, tampoco podemos decir que estamos hoy más cerca de esos países primermundistas cuyo bienestar hemos aspirado históricamente, o más lejos de los tercermundistas a los cuales nos decían que ya no perteneceríamos desde que entramos al GATT y la OCDE.

México vive una crisis sin precedente en materia de seguridad, que está costando miles de vidas cada año, pero que también acaba con millones de vidas de otras maneras, con la trata, el secuestro, la extorsión y robo de menores, entre muchos otros delitos que tienen a la sociedad rehén de grupos delictivos.

La violencia, poder de la delincuencia y la falta de autoridad, también inhibe el gasto de los consumidores y provoca la quiebra de miles de negocios en México. Los autos, las joyas, las casas tienen un riesgo latente de ser robados, a la vez que si acumulas patrimonio eres secuestrable, por lo que algunas decisiones del gasto de un grupo de particulares están frenadas por el miedo más que por falta de capacidades.

El consumo es determinante para el crecimiento económico, genera empleos, causa impuestos y es un detonante de un círculo virtuoso que mueve la economía, pero la inseguridad lo frena en cierto punto.

La inversión pública es la más baja desde 2011, según la Auditoría Superior de Fiscalización, incluso ha sido negativa, afectando, según el mismo dictamen de la ASF, “la actividad económica, la competitividad, el entorno para la productividad e incluso cobertura y calidad de la provisión de infraestructura y servicios públicos”. El dinero que no está inyectando el gobierno a la economía, tomando en cuenta que es otro de los grandes elementos para el crecimiento, se va a pago de deuda, que ha aumentado, así como para el pago de pensiones.

La inversión extranjera directa también ha caído en nuestro país. Si bien es cierto algunos sectores son muy exitosos en este rubro, aún no se logra detonar la llegada de capital en más actividades económicas que generen más empleos formales y legales, por lo que seguimos muy por detrás de Brasil, a pesar de la inestabilidad política reciente del gigante sudamericano.

Si a esto sumamos la perdida de civilidad y valores de una sociedad que poco aporta en las cosas que sí le toca hacer, entonces la crisis se agrava, la económica y la social. Si la cultura es de brincarse la ley y los reglamentos entonces los costos para el estado de mantener orden son mayores.

Así, nuestro país no enfrenta simples retos, no se puede maquillar como áreas de oportunidad, son verdaderas condiciones de bancarrota, no se si técnicamente hablando, pero que ponen en riesgo el futuro y viabilidad del país.

Arturo Maximiliano García

Orgullosamente queretano. Apasionado de la política, la economía, las leyes y los medios. Barcelona , PUMAS, Steelers, USC y Yankees mis equipos.


Otras notas



De nuestra red editorial