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Acción Nacional hacia 2018

Por - 27/10/2016

Todas las instituciones están siendo profundamente cuestionadas. Esta condición ha propiciado una difícil construcción de la democracia en el México moderno

 Acción Nacional hacia 2018

“¿Qué armas para esta lucha? Las únicas irresistibles: las ideas,

los valores del alma. Ni tenemos otras, ni las hay mejores”

En la actualidad, los mexicanos vivimos en una contante crisis política como no se había visto antes; una crisis que reta a todo el sistema político: a los poderes ejecutivo, judicial y legislativo, nacional y locales; a los partidos políticos. Todas las instituciones están siendo profundamente cuestionadas. Esta condición ha propiciado una difícil construcción de la democracia en el México moderno.

Ahora, hay una ciudadanía más activa y crítica, a la vez desencantada, que juzga duramente a los partidos políticos por su irresponsabilidad en el manejo de los recursos públicos excesivos, por la ineficacia en la consolidación de un entramado democrático que haga frente a la corrupción, la impunidad y la ausencia de transparencia; entre otros puntos.

“Los partidos políticos representan las convicciones y programas de los diversos grupos existentes en la comunidad y los esfuerzos organizados para alcanzar y conservar el poder” Bajo esta premisa, en 1939, nació Acción Nacional para enfrentar el oprobio del sistema corrupto y corruptor; con la fuerza moral y el trabajo honesto de muchos mexicanos que seguimos la doctrina plasmada por Manuel Gómez Morín en los principios humanistas. Esta organización política surge “no como una acción fugitiva y esporádica; ni una simple y estéril cruzada cívica, sino una acción permanente que hiciera valer en la vida pública la convicción del hombre integral”

El PAN vino a crear una conciencia, individual y nacional, de solidaridad; a crear una conciencia que permitió descubrir la importancia de la política y el deber de asumirla. Durante más de seis décadas, la ciudadanía le reconoció diversos atributos como honradez, autoridad moral, manejo del poder en bien de la Nación. En suma, lo consideraba un partido distinto y distinguible. En esta “brega de eternidad”, diversos factores propios del ejercicio del poder, provocaron el detrimento de la imagen PAN y de su vida interna, generando una espiral de ambiciones que sedujeron a quienes optaron por el interés personal sobre el primado de lo institucional. Éste es el gran dilema que los panistas tenemos que resolver con base en la unidad y la equidad para preservar el legado gomez morianiano.

Hoy, el PAN se encuentra en un momento histórico, para recuperar la senda del panismo forjado en la cultura democrática, en la lucha diaria de “gastar suela, dar testimonio institucional”; y convertirse en un activo para México, para reconciliar a la ciudadanía con la política, para ser un atractivo para las nuevas generaciones, para propiciar el espacio de discusión de los temas cruciales de la vida nacional.

Inmersos ya en una fuerte dinámica “electoral” hacia el 2018, quiero sustentar mi escrito con algunas ideas fuerza panistas, que pueden ayudar a dirimir las rivalidades internas de mi partido:

“Que nunca falten esos motivos espirituales en nuestra organización, que la confusión no oscurezca la claridad de su posición doctrinal de fondo, que el ardimiento mismo de la lucha no fomente impaciencias destructoras … que el simple apetito no se mezcle jamás con el propósito…” (MGM, 1949)

“Acción Nacional es un Partido no de doctrina mínima sino de exigencias máximas … Es el partido que nace condenando el oportunismo y estampando en su bandera el paradigma ideal que inspira su programa” (González Luna, 1939)

“El partido político es instrumento permanente para la acción conjunta … escuela no solo para iluminar inteligencias, mover voluntades y preparar aptitudes, sino para forjar caracteres y templar corazones, y para anudar los vínculos de solidaridad fraterna” (MGM, 1949)

Acción Nacional ha podido mantenerse dignamente en la política mexicana, por la decidida vocación democrática de sus miembros” … “en Acción Nacional mantenemos nuestra posición democrática como capacidad humana de servicio a la comunidad para la realización de un orden de justicia con libertad … porque aceptamos la tarea política como responsabilidad personal” (Christlieb, 1963)

Acción Nacional necesita un liderazgo moderno, con esencia humanista que otorgue respiro a la vida política del México moderno, enarbolando sus Principios de dignidad de la persona humana y del bien común, como lo hizo en su época Gómez Morín: “Rescatar la institución, llenarla nuevamente de alma … nosotros mismos la dejamos sin contenido”


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