Sanjuanagate

Un escándalo de proporciones mayúsculas, incluso con más posibilidades de minar la credibilidad de Morena que otros escándalos de corrupción, es la denuncia de Sanjuana Martínez, exdirectora de Notimex, quien asegura que le pidieron “moches” para beneficiar la campaña de Claudia Sheinbaum.

De acuerdo con los señalamientos de la periodista, personal de la Secretaría del Trabajo, a cargo de Marath Bolaños López, le ofrecieron 150 millones de pesos para la liquidación de los trabajadores en activo de la agencia Notimex, siempre y cuando entregara el 20% para financiar la campaña de Sheinbaum.

Sanjuana asegura que no aceptó dicho ofrecimiento, y en “venganza”, le terminaron dando 15 millones de pesos para las liquidaciones. Sanjuana asegura que de esto estuvieron enterados Luisa María Alcalde, actual secretaria de Gobernación.

En contraparte, el sindicato recibió 250 millones de pesos para proceder con las liquidaciones; aunque no lo afirma, Sanjuana sugiere de forma tácita que el sindicato sí habría cumplido con las peticiones de las autoridades.

La exdirectora de Notimex denunció, desde su llegada a la agencia de noticias, una serie de irregularidades y casos de corrupción que, al tratar de combatir – según su dicho— habría desatado la huelga que se extendió hasta la extinción de la agencia en meses pasados.

Todas las irregularidades, asegura Sanjuana, se las hizo saber al presidente, quien aseguró que le daría seguimiento, sin embargo, nunca pasó nada. Tan es así que, cuestionado sobre el caso, Obrador descalificó la denuncia de Martínez y le pidió que presentara pruebas.

Además, aprovechó para defender a Marath Bolaños y Luisa María Alcalde, a quienes calificó de personas honestas, además de defender a la actual precandidata de Morena a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum.

Las acusaciones de Sanjuana resuenan fuerte, pues esta se había distinguido por ser una ferviente defensora de la cuarta transformación, e incluso, en estos momentos, no hace señalamientos directos hacia el presidente, sino hacia sus más cercanos colaboradores.

Lo curioso es que, el presidente, en vez de ordenar una investigación, como se esperaría de un gobierno con cero tolerancia a la corrupción, le pide que presente las pruebas de sus dichos, con confianza ciega hacia sus cercanos. ¿No fue esta misma confianza ciega la que desencadenó el escándalo en Segalmex?

Bien le vendría a la próxima candidata que se aclararan estos señalamientos, por el bien de su imagen.