Por los cuernos se agarra al toro

En los últimos días se ha estado moviendo fuertemente el tema de las mujeres desaparecidas en Querétaro.

Por supuesto desde el punto de vista social es un tema que puede llegar a preocupar a la queretaneidad.

Sin embargo bien dice el dicho: Pueblo chico, infierno grande. Y es que antes de poder abordar el fondo del asunto, varios actores se han estado preocupando más por la forma.

Cuando en Querétaro los niveles de seguridad son satisfactorios de forma general, es claro que cualquier hecho fuera de lo común, de inmediato provoque focos rojos y bataholas en la ciudadanía.

En ese sentido bien valdría la pena poner en contexto si el problema de mujeres desaparecidas realmente ha incrementado de manera significativa a últimas fechas.

O si por el contrario, el manejo periodístico del tema ha sido el motivo de meter en la agenda este fenómeno, valiéndose de un reportaje de investigación como el publicado a nivel nacional por el semanario Proceso. 

Y es que mire usted, cuando una rendija se abre a través de un medio nacional, los medios locales bien pueden justificar abordar el tema en sus contenidos, toda vez que la pauta ya está dada.

No sucede igual cuando el tema investigado se hace por algún medio de información local; en ese caso pocos medios hacen eco del tema si este resulta incómodo para algunos actores públicos detentadores del poder.

El caso es que la rendija abierta por Proceso, desde el mes de septiembre, ha dado tela de donde cortar al grado que algunos medios locales han incordiado a más de algún funcionario de primer nivel.

El primer reto esta ahí, en la estrategia que se siga en la comunicación social para atajar la rumorología que se ha desatado tras el señalamiento de las desaparecidas.

Sin duda tendrá que contextualizarse con cifras de otros períodos para saber si realmente existe o no la problemática hoy en boga en nuestra entidad. A la fecha no hay, sin embargo, declaraciones que puedan ilustrar la dimensión del asunto.

El lado periodístico también podría verse amalgamado a la parte política donde, como sabemos, hay partidos e ideologías que muchas veces contrastan con el partido en el poder.

Ahí también valdría la pena hacer el análisis frío para saber si existe una mano que mueva los hilos y esté magnificando los hechos a efecto de darle un tallón a la administración actual. 

Lo cierto es que hasta la fecha ningún actor político ha señalado esta posibilidad, pero tampoco han destacado de forma fehaciente razones que presuman o no la existencia del problema.

En conclusión: socialmente no hay hoy un argumento contundente para saber si estamos realmente ante un problema o bien si los tranquilos aires que se respiran en nuestra entidad nos hacen enaltecer los sucesos que acontecen.

Periodísticamente, no hay una estrategia seria que ayude a contener las voces de alarma que acoten los susurros sobre las desaparecidas.

Políticamente no se ha discutido si la situación quizá está manejada por grupos de control que pretenden espantar con el petate del muerto a la población. Como dicen en el rancho: Por los cuernos se agarra al toro.