Nuevos rumbos; municipio de Querétaro y su golpe de timón

Cuando un barco navega en medio de una tormenta, hay dos opciones a elegir: mantener el rumbo esperando a que mejore el temporal, o dar un golpe de timón. La decisión no es sencilla de tomar, pero de eso depende el tamaño de un buen capitán.

En el municipio de Querétaro, el temporal obligó a dar un golpe de timón. Virar la dirección de la nave antes de que las condiciones terminaran por naufragarla.

En un ambiente político como el de México, donde la cultura de hacerse a un lado no es el común denominador, resulta interesante que en un gobierno como el de Querétaro haya decidido cambiar nombres en, probablemente, las tres dependencias más importantes de la administración.

El más socorrido de los cambios fue el de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Querétaro (SSPMQ). De sobra está decir que la armonía era nula entre el general Rolando Eugenio Hidalgo Eddy y la ciudadanía queretana, y quien lejos de seguir aportando a la administración, restaba con su sola presencia. Su relevo se antojaba impostergable, y da frescura en una de las áreas más complejas del municipio.

Además de la evidente ruptura interna que provocó el general, hacia fuera las relaciones no eran tampoco de lo más pulidas. Con el gobierno del estado no hubo nunca entendimiento, un problema especialmente importante cuando la estrategia en materia de seguridad se basa en el concepto de coordinación, y mientras los tres ejes más importantes en el Ejecutivo estatal trabajan hombro a hombro como pocas veces se ha visto.

La otra área que pedía a gritos un cambio es la Secretaría de Gobierno. El trabajo de Francisco de Silva lejos estuvo de calmar los ánimos y de generar transito político, mientras los principales problemas que ha enfrentado el municipio han escalado precisamente por la incapacidad de llegar a acuerdos en los momentos adecuados.

Manuel Velázquez Pegueros, un hombre de todas las confianzas del presidente municipal Marcos Aguilar, tomará las riendas de una dependencia en donde la comunicación y el entendimiento con el alcalde es vital para su buen funcionamiento. Para su beneficio, está el reconocimiento que tiene por parte del gobierno del estado como un interlocutor valido y de confianza.

El enroque que puso en la Secretaría de Gobierno a Manuel Velázquez Pegueros implicó que, nuevamente, la Secretaría de Administración quedara acéfala, pues apenas en febrero había renunciado al cargo Ana Laura Castellanos Lizárraga. En su lugar, queda Raymundo Gómez Ramírez, siempre cercano a las administraciones panistas, y quien fuera secretario de Gobierno en Corregidora en el gobierno de Antonio Zapata Guerrero.

Con estos cambios, todos parte de un golpe de timón necesario para un municipio que vive sus horas más bajas no solo en la actual administración, sino en varios años atrás, se espera una reconfiguración en las principales áreas del municipio y, con ello, un viraje en la percepción ciudadana, aunque en principio esto no signifique la creación de una nueva política, pues la primera reacción del nuevo gabinete fue respaldar la concesión del servicio de recolección de basura.

Lo más importante, sin duda, es que se abren nuevas oportunidades para trabajar en materia de seguridad, uno de los principales pendientes de Querétaro y parte esencial de las propuestas electorales de Pancho Domínguez y Marcos Aguilar. La coordinación que pudo haberse entorpecido por la presencia de Hidalgo Eddy, no encuentra con esta nueva conformación limites para su pleno funcionamiento, con un Juan Luis Ferrusca Ortiz proveniente de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), donde trabajó muy cerca del gabinete de seguridad de Pancho Domínguez, y quien tiene experiencia en la policía municipal, por lo que a diferencia de Hidalgo Eddy, es un viejo conocido.

Mención aparte merece la salida de José Luis Sainz Guerrero, un personaje al que tocó salir al quite en una crisis pobremente contenida por las áreas de desarrollo político en el municipio, y la llegada de un polémico Alejandro González Valle, quien ya actuó de manera corrupta, años atrás, en la propia Secretaría de Servicios Públicos Municipales que hoy dirige, tras haber sido inhabilitado por tres años.

La insistencia en ese tipo de perfiles puede seguir costándole a la administración municipal ataques desde diversos sectores de la sociedad, pues son muchos los argumentos para que la ciudadanía vea con recelo el nombramiento de un funcionario que ya le falló a los queretanos.

Esperemos que esto no funcione como nuevo caldo de cultivo para otra crisis política que amerite un nuevo viraje por parte del capitán Marcos Aguilar.