La reina sin trono

La Asociación de Mujeres Periodistas, encabezada por la reconocida y talentosa periodista en Querétaro, Carla Medina Puente, fue la mejor noticia que pudieron recibir las mujeres que ejercen el periodismo en la entidad, pues por fin habrá alguien que vele por sus derechos laborales.

Además, todas tendrán seguro popular y becas otorgadas por la Secretaría de Educación… Lo malo, es que nadie postuló ni eligió a Carla como su representante. 

El pasado 26 de noviembre Carla Medina Puente –acompañada de algunas de sus colaboradoras- acudió al Teatro de la República para retratarse, sonreír a la cámara, competir por quién portaba el mejor atuendo y seguir haciendo relaciones sociales, aunque también rindió protesta como presidenta de la Asociación.

El histórico recinto lució lleno, pues sin importar el frío acudieron sus colegas, comadres y amigas para apoyarla en éste que será un nuevo ciclo en su vida dentro del gremio periodístico, aparentemente con muchos proyectos por delante.

Es cierto que no es mala la idea de que las mujeres dedicadas a plasmar un fragmento de la realidad por escrito, en fotografía, video o voz sean representadas por alguien que, a nombre de todas, abogue para que tengan mejores condiciones y mayor seguridad social, pero debe caracterizarse por la independencia y sana distancia de actores políticos y sociales. 

El mismo secretario de Gobierno, Jorge López Portillo Tostado, quien acudiría en representación del gobernador del estado a la toma de protesta, no se prestó a esto, pues de última hora desistió a la invitación una vez que fue informado que las mujeres que conformaban la asamblea no eran precisamente las periodistas que a diario ejercen su labor con grabadora en mano.

No hay que ir muy lejos para diferenciar a la mujer que le “talachea” con quien solo aparece en la foto. Para muestra, Carla, durante una entrevista exclusiva para Códice Informativo, olvidó el cargo de Fernando de la Isla Herrera (titular de la Secretaría de Educación) y tuvo que apoyarse en una compañera que le soplara el nombre. Además, con titubeos dijo que encabeza a un gremio conformado por 250 mujeres periodistas en activo, aunque dice que a veces son menos.

Ahora resulta que solo por tener un proyecto personal alguien se puede autonombrar presidenta de una asociación, pasando por alto esquemas democráticos como la votación, aunque en este caso no hay problema alguno pues la líder de la Asociación de mujeres periodistas tiene su acta constitutiva y debidamente se dio de alta ante la Secretaría de Hacienda.

La asamblea tan solo está conformada por la honrosa cantidad de cinco mujeres, aunque solo salieron a cuadro tres, aparentemente porque al terminar el evento tuvieron que irse pronto, no obstante, contemplan convocar en próximos días a todas las mujeres de los distintos medios de comunicación para que se acrediten y credencialicen con dicha asociación.

Se ve complicado que esta asamblea sea reconocida por el gremio de mujeres periodistas y basta con ver la reacción inmediata de quienes ejercen dicha profesión a diario, pues más tardó la toma de protesta que la publicación de inconformidad, en algunos medios locales y redes sociales, donde más de una docena de mujeres se deslindaron de dicha organización.