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La mesa de la verdad

Por Staff Códice Informativo - 17/04/2012

Un cerillo encendido se consume en segundos

 La mesa de la verdad

La abultada y meteórica carrera política del “Joven Maravilla” Ricardo Anaya Cortés ha dado un gran salto gracias a la campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota.

Y es que ante los medios de comunicación a nivel nacional el queretano Anaya Cortés es el responsable de la aguzada estrategia que busca a toda costa reducir la ventaja del priista Enrique Peña Nieto sobre la blanquiazul.

Nuestro personaje ha realizado un extenso recorrido y ha sido entrevistado por grandes personajes del periodismo nacional como Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, donde no se cansó de acusar de mentiroso e incumplido al candidato presidencial priista.

Reforma, Excélsior, La Jornada, Milenio, entre otros, citan el papel protagónico del diputado local con licencia y ahora candidato a diputado federal plurinominal por Acción Nacional.

Seguramente en el “war room” de Peña Nieto ya empiezan a hacer un control de daños, así como a planear el ataque táctico que contrarreste los efectos de la Expo “Peña Miente”.

Para ello probablemente debieron estudiar el perfil de quien acusa, sus orígenes, su trayectoria, y ¿por qué no? sus “pecadillos”. Voltear a Querétaro se hace indispensable en el diseño del contraataque del PRI.

Y es que en honor a la verdad –tema central de este Códice Político- el ejecutor del plan que ha traído de cabeza la agenda mediática nacional, debió haber pensado dos veces en “echarse ese trompo a la uña”.

Por principio de cuentas tuvo que haber deliberado que: para acusar a alguien de mentiroso, lo primero que se requiere es no decir mentiras; o al menos que no se sepa que las dice.

Pero resulta que nuestro buen “Cerillo” -mote con que lo conocen los queretontos, ¡ups! Perdón, los Queretanos- tiene una memoria muy corta o piensa que en Querétaro la historia pasa desapercibida.

Como la oí se las endoso”: Corría el año del 2009, el PAN había perdido la elección gubernamental. Los gastos excesivos en la campaña de Manuel González Valle prendían focos rojos ante el organismo estatal electoral.

Justificar los gastos de campaña era una misión más que imposible; pero a alguien se le ocurrió la magnifica idea de inventar donadores falsos de recursos a favor de Acción Nacional.

Para ello iba a ser preciso revisar el padrón de militantes, obtener identificaciones, hacer papeleo y, lo más importante, falsificar firmas.

Gente de todas las edades y de todos los extractos sociales fue incluida, no importaba su capacidad económica, el objetivo era demostrar recursos ante la autoridad electoral.

Pues bien, el encargado de “pasar la charola” en aquella elección, de operar los dineros y de justificar gastos era nada mas y nada menos que… ¡Sí! ¡Acertó! Ricardo Anaya Cortés, el mismo que hoy dirige la pomposa estrategia para que Chepina remonte.

Fue durante su gestión como presidente del comité directivo estatal del PAN en Querétaro, cuando se llevó a cabo la acreditación de gastos con “donadores pirata”.

Donde con mentiras y más mentiras, además de documentos falsificados pretendió darse cumplimiento a las disposiciones de la ley electoral queretana.

Pero eso ya lo deben de saber los estrategas de Peña Nieto, la pelota está en su cancha y seguramente preparan la jugada para responder el ataque. Lo demás es lo de menos.


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