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La fragilidad de los acuerdos

Por Staff Códice Informativo - 10/12/2012

Los juegos del poder necesitan elefantes

 La fragilidad de los acuerdos

Los juegos del poder necesitan elefantes, no personas. Parafraseando a un ex secretario de Gobierno del estado, un elefante tiene un colmillo muy largo, una piel muy gruesa que aguanta muchos arañazos y raspones, así como una cola muy pequeña que no le alcancen a pisar.

Menciono lo anterior debido a que en los últimos días la actividad política en la entidad ha mostrado una actividad inusual y con mucho simbolismo, quizá propia de los tiempos que se avecinan.

Hicimos referencia a la piel de los paquidermos debido a que en días recientes se llevó a cabo una reunión entre el Jefe del Ejecutivo estatal y diputados federales. Los convocados por el mandatario fueron la diputada Delvim Bárcenas Nieves; así como los diputados Ricardo Astudillo Suárez y Ricardo Anaya Cortés.

Los dos primeros parlamentarios asistentes tienen una afinidad y lealtad natural con el Ejecutivo por pertenecer a su partido o bien ser el enlace permanente en las alianzas electorales; sin embargo, lo que llama poderosamente la atención fue la presencia del legislador Anaya Cortés.

¿Y por qué? Recordemos los capítulos y eventos electorales que Ricardo Anaya Cortés encabezó por parte de Acción Nacional; fue el coordinador abierto de la no tan célebre campaña de Manuel González Valle, quien perdiera para el PAN la primera magistratura del estado, pero también muy recientemente fue parte de los múltiples voceros de otra no tan afortunada candidata de su partido Josefina Vázquez Mota (quien por cierto logro más votos que ningún otro candidato presidencial en Querétaro en julio pasado).

Ricardo Anaya Cortés fue el encargado de señalar y convocar a la caravana por la transparencia en la que argumentaban posibles omisiones y opacidad en obras en el estado de México atribuibles a la gestión del actual Presidente de la República. Hecho que en Querétaro tuvo mediáticamente serias repercusiones sobre la imagen del hoy diputado federal queretano (basta recordar los señalamientos del interno en San José el Alto, Javier Bosque).

Hoy Calzada convoca a la mesa del diálogo a Ricardo Anaya Cortés para presentarle proyectos que necesita la entidad, y pedirle su participación en la gestión de recursos para materializarlos. ¡Ironías de la vida! En otros tiempos, esa figura de enlace pertenecía al entonces diputado Francisco Domínguez Servién, quien también como alcalde realizó esa labor. Pero hoy, en una señal clara, el actual senador no fue convocado a la mesa.

De manera inmediata los demás legisladores queretanos acusaron recibo al Ejecutivo, y fue su vocero Alfredo Botello Montes quien dijo que el diálogo entre ellos y el mandatario local no ha abarcado el tema de gestión de recursos para proyectos específicos, dejando ver entre líneas dos cosas de sobra conocidas: la mayoría en la representación a nivel federal la tiene Acción Nacional tanto en el Senado (dos) como en la Cámara de Diputados (cinco) lo cual deja en solo tres legisladores afines la responsabilidad.

Y segunda: que no se puede políticamente dar “reflectores” a dos posibles candidatos del otro bando como lo son Marcos Aguilar Vega (quien todavía tiene un pendientito con el tema del seguro obligatorio) y el senador Francisco Domínguez Servién.

El diputado Anaya Cortés le significa al PRI y al gobierno local un riesgo menor y también una gran oportunidad para conjugar la clave o el “Talón de Aquiles” del PAN: divide y vencerás.

Anaya, con sus aliados Rivera y Botello, sí leyeron bien “los duros”, representados por su líder moral Alfredo Botello, se han unido en un proyecto muy particular: el PAN. Parece que esta fuerza política no entiende los resultados tras la división -derrota de Armando Rivera, Manuel González, Roberto Cabrera, etc- o bien quizá lo aprendieron y están enviando un mensaje claro al hasta hoy “su gallo” más visible para la candidatura a la gubernatura del estado: el senador Francisco Domínguez.

Ricardo Anaya no da claridad de lo que busca, pero es evidente que está ganando terreno en lo nacional al igual que lo tiene Francisco Domínguez pero también muestra este político poder darle vuelta a los roces del pasado con el gobierno de Calzada con tal de ganarle el partido y la calle al senador apoyado aparentemente por todos los grupos de su partido.

Cuando Calzada y Domínguez coincidieron en responsabilidades por Querétaro estado y capital mostraron buenos oficios en la relación, pero queda claro que hacia el futuro esa relación tendrá un rompimiento en el terreno electoral natural.

Quizá Calzada no compite nuevamente pero sí lo hará alguien de su partido y si Domínguez logra destensar la relación al interior del PAN quizá sea candidato.

Lo cierto es que hoy ni Domínguez tiene el partido, ni su partido tendría candidato sólido sin él; pero no deja de haber señales interesantes de cara hacia un futuro cada vez más dinámico en búsqueda de ese año de revueltas, aspiraciones y frustraciones electorales que se antoja será el 2015.


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